El IPS tiene en calvario a asegurados que siguen comprando medicamentos

Falta de oxígeno, trato inhumano por parte del personal de blanco e, inclusive, que mantienen con hambre y sed a los pacientes, son algunos de los puntos denunciados por familiares de pacientes con covid en el Hospital IPS Ingavi de Fernando de la Mora, quienes en improvisadas carpas, campings o en sus vehículos acampan esperando reportes de sus pacientes internados.

Calificaron además a la ley de gasto cero como un verdadero chiste. “No cubre lo que más nos piden”, aseveraron. Ya indignados y cansados del calvario al que son sometidos diariamente, piden la intervención del nosocomio y que el director Ricardo Olmedo responda a los reclamos.

Vía crucis

Los pacientes son tratados sin ningún tacto. No existe dedicación por parte del personal médico y este se encuentra saturado, no da abasto. Además, los pacientes están orinados y se denota una total falta de higiene. Los pacientes pasan hambre y sed. Los dejan a su suerte, sin alimentos.

Hay una falta de empatía, de comunicación y deficiente atención. A esto se suma la carencia de medicamentos e insumos, los cuales deben ser adquiridos y cubiertos por los familiares, quienes deben hacer malabares para conseguir el dinero en corto tiempo. “Pagamos el seguro de IPS confiados en que será nuestro amparo ante cualquier situación así como los costos propios de internación, terapia intensiva, los medicamentos requeridos para su tratamiento, y estudios especializados que requiera, como institución garante de la salud de todos los asegurados cotizantes de dicha previsional, es irritante correr a las farmacias a pagar inconmensurables montos por medicamentos, todo sea por la recuperación de los nuestros”. Todo esto forma parte de la nota elevada por los familiares al director Olmedo.

Innumerables quejas

En un recorrido hecho ayer por las carpas de las instalaciones del IPS Ingavi, pudimos constatar el hartazgo de la gente, que expresó su desesperación.

Una de ellas es Y.P., quien se encuentra desde hace dos semanas en este hospital, hasta donde llevó a su madre, quien fue atendida recién tras siete horas de aguardar en la fila . “Había dos médicos para unas 150 personas. Algunas esperan más de 12 horas para una consulta”, contó y añadió que tras conseguir finalmente cama, inició la odisea de la compra de los medicamentos. Aseguró que solo en una semana gastó más de G. 2 millones.

A su vez, L.A., quien vino desde el interior con su familiar, también se quejó del trato. “En el área ambulatoria no es buena (la asistencia). No controlan a los pacientes. Uno debe mendigar que lo hagan”, fustigó. La afectada dijo que desde el primer día de internación se pasan comprando fármacos y alertó que hay problemas en la provisión de oxígeno. “Dejan a pacientes sin oxígeno. Eso es fatal. Uno debe pelear para que repongan el balón. Muchos se quedan sin oxígeno por horas”, relató.

Por su parte, la joven M. remarcó que los pacientes tienen celulares a escondidas en las salas y mediante eso saben el sufrimiento que viven. “A mi papá no le dieron de comer varias veces y él nos avisó. Tampoco le hacían llegar los fármacos que nos mandaban comprar y nosotros tuvimos que rescatar de otra área”, subrayó.

Aportes no garantizan la gratuidad

FERNANDO DE LA MORA (Antonia Delvalle C., corresponsal). Familiares de pacientes internados en el IPS Ingavi comentaron que siguen en falta algunos antibióticos, anticoagulantes como heparina y hasta tiras para medir la glucosa en sangre. Igualmente, mascarilla con reservorio, cánula para alto flujo, entre otros.

Las personas encargadas del familiar no pueden trabajar porque deben estar pendientes de que no le falte nada. Pese a años de aportes, eso no garantiza que no le van a faltar medicamentos, que puede ir en un gasto de 100.000 a 500.000 guaraníes.

Doña Teresa Jacquet contó que compró tetraciclina, que es para tratar neumonía y otras infecciones respiratorias para su padre Teodoro. Por su parte, Cinthia Sanguina dijo que adquirió heparina, las tiras para el dosaje de azúcar en sangre, mascarilla con reservorio para su esposo Fernando Picagua.

Por su parte, Angélica Recalde señaló que se pueden mejorar las condiciones de los familiares colocando otra carpa gigante. Añadió que mediante la Defensoría del Pueblo su madre puede usar un celular y se enteró que estuvo comiendo tarde y no podía ir sola al sanitario.