Héroe del “Padrimóvil” traslada a los abuelitos

Su escudo: un tapabocas tricolor viaja en su “Padrimóvil” color blanco con la misión de lograr que la mayor cantidad de abuelitos que no tienen forma de llegar a los vacunatorios lo hagan. Édgar Da Costa, un contratista sin trabajo, es el héroe sin capa del día.

Los 30 minutos de rigor. María Pelaya Recalde (66) ya vacunada con la primera dosis de AstraZeneca es monitoreada por Ëdgar Da Costa impulsor del “Padrimóvil” de la iniciativa “Padrinos Solidarios” que acerca a la gente a los vacunatorios gratuitamente.
Los 30 minutos de rigor. María Pelaya Recalde (66) ya vacunada con la primera dosis de AstraZeneca es monitoreada por Ëdgar Da Costa impulsor del “Padrimóvil” de la iniciativa “Padrinos Solidarios” que acerca a la gente a los vacunatorios gratuitamente.

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Es martes, casi mediodía, un martes nublado... el teléfono oficial del “Padrimóvil”, el (0984) 830-000 suena incesantemente tanto en llamadas como en mensajes de WhatsApp. Mientras, Édgar Da Costa afina la mirada esperando que el semáforo dé verde para doblar a la derecha e ingresar a la pasarela de adoquines que lo conducirá a la carpa de autovacunas de la Secretaría Nacional de Deportes, lugar en que su pasajera María Pelaya Recalde (66) “por fin” podrá recibir la primera dosis de la vacuna AstraZeneca, anticovid. “Me pusieron nombre de almanaque”, dice a modo de conversación.

Ella es una de las 18 personas que se anotaron para hacer uso del “Padrimóvil”, concebido para acercar de manera gratuita a los abuelitos que no tienen forma de llegar a los vacunatorios.

“El Padrimóvil es el móvil de un grupo denominado Padrinos Para Salvar Vidas que nació hace tres meses con el objetivo de ayudar a entregar de manera gratuita medicamentos donados para los internados por covid-19 en los hospitales”, dice Da Rosa, mientras vigila de cerca a su pasajera para ver si no presenta alguna reacción a la vacuna en los primeros 30 minutos de aplicación.

En la tarea de llevar y traer gente necesitada, también lo ayudan sus hijos Gonzalo y Giuliano que cubren áreas como Ñemby y Villa Elisa.

De entre las anécdotas del día de ayer recuerda con especial cariño a Rosita Battilana, hija de su pasajera Graciela Battilana. Rosita tiene síndrome de down y es exatleta de Olimpiadas Especiales. “Lo que me llamó la atención fue la forma en que defendía el hecho de que las personas con ese síndrome deberían estar incluidas dentro del grupo de vacunación”. Más tarde, Da Costa fue a buscar a Juan Carlos Aquino, otro de sus pasajeros. Luego de la vacunación y la espera de 30 minutos de rigor, Aquino se mostró agradecido con el gesto.

Da Costa lleva en su móvil alcohol al 70%, paños para limpieza y agua mineral. Su “arma” principal es su teléfono celular, que suena cada tanto. En el medio le da tiempo de decir que la de trasladar a estas personas nació de una madrina solidaria de nombre Muna Annahas, residente en los Estados Unidos. Ella vio por las redes sociales que casi un 80% de los abuelitos mayores de 60 años que estaban inscriptos no fueron a vacunarse por problemas de movilidad. Entonces hablamos de la posibilidad de hacer este servicio y el lunes lanzamos un flyer y la gente se movilizó con eso.

mescurra@abc.com.py

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