Fue en la misa concelebrada este domingo, a las 8:00, en honor a la Virgen Nuestra Señora de la Asunción de esta ciudad, protectora de la mitad del distrito de San Juan Bautista, Misiones.
Monseñor Pedro Collar Noguera presidió la misa en honor a la Virgen Santa María Nuestra Señora de la Asunción en el templo parroquial de esta ciudad. Acompañaron al obispo el párroco local, padre Luis Decoud, el párroco de la Catedral de San Juan Bautista, padre Rubén Reale, y sacerdotes de la comunidad.
El obispo explicó la solemnidad de la Asunción de la Virgen María en cuerpo y alma al cielo. Añadió que la vida del ser humano es una permanente lucha entre el bien y el mal, pero que la intercesión de la Virgen María brinda la seguridad de superar los problemas y tropiezos de la vida en esta Tierra.
En otro pasaje de su homilía, monseñor Collar Noguera señaló que en esta pandemia muchos padres de familia quedaron sin el trabajo para el sustento de la familia.
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El trabajo dignifica y para el sustento de la familia y el desarrollo de los jóvenes son necesarias fuentes de trabajo, expresó monseñor Collar Noguera.
Exhortó a tener esperanza como cristianos sobre todo en este tiempo de pandemia, que significa incertidumbre en cuanto al futuro por la enfermedad y muerte en el presente.
El obispo dijo que María Santísima es fuente de esperanza para los cristianos porque confió siempre en Dios. Pidió a los fieles la oración, el rezo del santo rosario y la meditación del evangelio para la cercanía y el encuentro con Dios. Señaló que el obrar y el sufrimiento, el dolor y los padecimientos físicos y morales son realidades propias de la vida. “Cuando aceptamos las tribulaciones con fe y esperanza encontramos camino de maduración y purificación. Los padecimientos se pueden enfrentar y superar con ayuda de Dios”, enfatizó el obispo.
En tercer lugar hizo reflexión sobre el juicio final que ayuda a ordenar la vida presente de cara al futuro a la eternidad. “Con ayuda de la Virgen María de la Asunción se puede ordenar la vida con miras a la eternidad”, dijo. Según el obispo, uno puede escapar del juicio humano, pero no del juicio divino.