Criminales tenían planificado matar al colono y a sus peones tras el pago del rescate

Los presuntos criminales, Alfredo Benítez (38), ahora detenido y su cómplice Cleomar Neves (30) prófugo, tenían planeado desde un principio asesinar al colono alemán Helmut Ediger Friesen (75), así como a su capataz Rolando Díaz (24) y al peón brasileño Odair dos Santos Filho (35), aunque estos llegaran a pagar los G. 2.000 millones que solicitaron como rescate.

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El dato fue confirmado a la Fiscalía por el único sobreviviente de la masacre registrado el lunes último en la estancia Ediger de la compañía Bola Kua del municipio de Itacurubí del Rosario.

El secuestrador confeso Alfredo Benítez fue capturado el jueves de noche el asentamiento Agüerito del distrito Santa Rosa del Aguaray y luego entregó G. 1.064.400.000 la parte del rescate que le tocó a él y que tenía guardado en la propiedad de su padre, ubicada a uno 9 kilómetros del lugar del hecho. En tanto que Cleomar Neves aparentemente logró escapar de la zona con el resto de los G. 2.000 millones que le tocó.

El agente fiscal Lorenzo Lezcano de la unidad especializada Antisecuestros y Antiterrorismo imputó a Alfredo Benítez por los hechos de secuestro y asesinato, al mismo tiempo solicito su prisión preventiva.

El peón brasileño Eder Cordeiro Machado (18), hijastro de Odair, sobreviviente del ataque relató ante el Ministerio Público que alrededor del mediodía del lunes habían terminado el trabajo en uno de los corrales de la hacienda. Su patrón Helmut ya había abordado su camioneta junto al capataz Rolando Díaz y él se disponía a montar su moto.

En ese momento llegaron al lugar los dos criminales, uno de ellos a cara descubierta y portaba un fusil recortado y un revólver, el otro tenía un pasamontañas y estaba armado con una escopeta. Los intrusos redujeron al colono, al capataz, al peón brasileño y al joven, quienes fueron obligados a tirarse boca abajo en el suelo, luego fueron maniatados y llevados a pie hasta una zona boscosa, desde donde comenzaron a negociar la liberación de ellos previo pago de G. 2.000 millones.

En un momento del trato con el hijo del colono, uno de los secuestradores, quien sería Cleomar aprovechó la situación para apuñalar y luego degollar al capataz Rolando Díaz, supuestamente porqué fue el responsable de que lo despidieran de la hacienda Ediger, donde trabajó unos 10 años.

Aparentemente, fue en ese momento, que el otro los criminales, quien sería Alfredo se acercó al chico y le confirmó que aunque se pague el rescate, todos los rehenes incluyendo él iban a ser asesinados.

Minutos después, Eder Cordeiro Machado, quien estaba apartado unos metros de las víctimas escuchó que los maleantes ya habían recibido el dinero e inmediatamente después, Helmut y su padrastro fueron asesinados a tiros. Ante esta situación el joven logró zafarse de sus ataduras y empezó a correr en sentido contrario a los criminales hasta que llegó a una finca vecina donde pidió auxilio y alertó a las fuerzas de seguridad de lo que había ocurrido en la hacienda Ediger.

Prófugo sigue en la zona

Los investigadores señalaron que el prófugo Cleomar Neves sigue oculto en Itacurubí del Rosario, zona que la Policía tiene completamente rodeada, hay retenes en cada uno de los puntos de entrada y salida del lugar. Nadie con un bulto importante, como lo sería unos G. 900 millones en billetes de G. 50.000 y G. 20.000 puede pasar desapercibido por estos controles, señalaron.

Los agentes también confirmaron que Alfredo Benítez fue el que recibió el dinero entregado por uno de los hijos del colono, por esto se quedó con la mayor parte que estaba conformado con billetes de G. 100.000, que tampoco pudo sacar en su totalidad y se vio obligado a enterrarlo en la casa de su padre, de donde fue recuperado por los agentes del orden, precisaron.

Dos Policías para resguardar la extensa región

Pese que la zona comprendida en Bola Kuá y Mboi Kua es considerada por los mismos pobladores como uno de los más inseguros de la Itacurubí del Rosario, el puerto policial región sólo cuenta con cuatro agentes, quienes trabajan dos turnos como patrullera usan a una camioneta Volkswagen Saveiro.

Con esa cantidad de personal es imposible combatir los constantes hechos de asaltos, robos y abigeatos que se suceden a diario en el área y que son denunciados por los mismos pobladores. Estos aseguraron que la muerte del colono fue la culminación de una serie de hechos que se venían sucediendo en aquel paraje.

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