Alto Paraguay destinó G. 2.200 millones del fondo de emergencia a iglesias

En plena crisis sanitaria y económica generada por la pandemia de coronavirus, la gobernación de Alto Paraguay decidió destinar unos G. 2.265 millones del fondo de emergencia a “obras” del Vicariato Apostólico del Chaco. La administración del colorado Domingo Adorno es cuestionada por la Contraloría General.

En plena pandemia, la Gobernación de Alto Paraguay destinó G. 2.265 millones a iglesias. En teoría era para ejecución de obras, fin que no está declarado entre los objetivos de la institución.
En plena pandemia, la Gobernación de Alto Paraguay destinó G. 2.265 millones a iglesias. En teoría era para ejecución de obras, fin que no está declarado entre los objetivos de la institución.gentileza

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Una serie de hechos cuanto menos llamativos fueron detectados por la Contraloría General de la República (CGR) durante la realización de la Fiscalización Especial Inmediata (FEI) realizada sobre la ejecución del fondo de emergencia recibido por la gobernación de Alto Paraguay, encabezada por el colorado velazquista Domingo “Mino” Adorno.

Al igual que los otros gobiernos departamentales, la institución encabezada por Adorno recibió dos desembolsos de US$ 1 millón en el marco de la pandemia. Todavía debe enviar sus descargos con respecto a las observaciones realizadas por el ente de control.

Uno de los primeros puntos cuestionados por la CGR es la carencia de documentos respaldatorios a las transferencias realizadas a entidades educativas e instituciones privadas sin fines de lucro.

¿Iglesias en pandemia?

Otro punto cuestionado por la CGR es que la administración de Adorno decidió destinar G. 2.265 millones al Vicariato Apostólico del Chaco para fines que no están sustentados en el acta de constitución legal del mismo.

En resumen, los G. 2.265 millones fueron transferidos a la agrupación religiosa para realización de obras, pero esta finalidad no está registrada dentro de sus objetivos.

Las facturas presentadas por el Vicariato, encabezada por el monseñor Gabriel Escobar -considerado amigo de Adorno-, demuestra inconsistencias y que la realización de obras de infraestructura no forman parte de sus objetivos.

Por ejemplo, en una factura presentada en 2020 se señala que la finalidad son “actividades de organizaciones religiosas”. En otro documento presentado en 2021, sin embargo, el margen se había ampliado y se podía leer: “Actividades de organizaciones religiosas. Enseñanza secundaria de formación técnica y profesional. Enseñanza prescolar, primaria. Servicios de Apoyo a la enseñanza”.

En ninguna parte de sus objetivos se menciona la realización o ejecución de obras. Además, en el acta de constitución remitido como parte de la rendición de cuentas solo se habla del territorio abarcado por el Vicariato, pero no declara sus objetivos.

Ninguno de los desembolsos al Vicariato tuvo como objetivo obra relacionada al sistema de salud. Todo el dinero fue a reparar o construir iglesias, levantar un mirador o un tinglado. En medio de una crisis.

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