Hombres peregrinos, llenos de fe, caminan rumbo al Santuario de Caacupé

No importa la distancia o el sol que brilla y se siente en la piel, los peregrinos van junto a la Virgen de Caacupé, renovados en espíritu y fortaleza, porque quieren darle gracias después de dos años de pandemia. Con una imagen en los brazos o cargando una cruz de madera, quieren llegar a ella, caminando kilómetros para seguir con salud y que a nadie le falte el pan y el trabajo.

Santiago Vera (23) y Enrique Osorio (14), de San Vicente de Asunción, quieren agradecerle a la Virgen de Caacupé por sus familias.
Santiago Vera (23) y Enrique Osorio (14), de San Vicente de Asunción, quieren agradecerle a la Virgen de Caacupé por sus familias.Diego Peralbo,

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Agradecidos, con el corazón lleno de entusiasmo, se propusieron llegar hasta la Virgen de Caacupé. Los vimos caminando con fuerza y alegría a plena luz del sol, marchando con la firme intención de llegar hasta el Santuario. Ha sido un año de grandes pruebas y sus familiares están con salud. No podían dejar de venir.

Santiago Vera (23) y Enrique Osorio (14), de San Vicente de Asunción, quieren agradecer por sus familias. “Desde que compramos la imagen de la Virgencita le prometimos irnos caminando desde casa, fue el año antes de la pandemia. Y ahora nos vamos a agradecer que salimos todos adelante durante la pandemia y que a ninguno le pasó nada por el COVID. Por eso vamos a agradecerle a la Virgencita”, opinó Santiago. Los encontramos en la ruta en Capiatá y llevaban la imagen de la Virgen de barro, hecha por nuestros artesanos.

También nos topamos con Marciano Sánchez (61), peregrino que partió del barrio Kennedy, ruta 1, km 20, de Capiatá. Lleva a cuestas una cruz de madera “por esta enfermedad. Quiero que pase rápido y agradezco a la Virgen de Caacupé que ninguna persona de mi familia fue afectada por el COVID”, manifestó.

Contó que antes caminaba siempre en esta fecha durante 12 años con su señora, pero “soñé que una señora que me dijo en sueños que venga otra vez caminando, que no importa que haya cumplido mi promesa”, dijo a Osvaldo Cazenave, periodista de ABC Color.

No se le ve cansado a Marciano, quien va andando con paso firme y seguro en la senda delimitada al costado del camino. Han sorteado tiempos difíciles y es el momento de pedir que no falte el pan y el trabajo, mientras en Caacupé, la Patrona Espiritual del Paraguay los espera como una paciente mamá.

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