Tras la bendición de las palmas, gran cantidad de feligreses participó de la tradicional misa del domingo de ramos en la Catedral de Asunción. La celebración estuvo presidida por el Monseñor Adalberto Martínez, Arzobispo Metropolitano.
La homilía inició con la recordación del ingreso triunfal de Jesús a Jerusalén montado en un burrito, lo que representa la sencillez del Hijo de Dios y el cumplimiento de la profecía en el antiguo testamento.
El Monseñor hizo un relato cronológico del evangelio de Lucas, con detalle en la pasión de Cristo, desde la detención de Jesús hasta su muerte. Detalló el papel de cumplió cada personaje antes y durante el juzgamiento de quien era conocido como el “Mesías” y “Rey de los Judíos”.
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Con el inicio de la Semana Santa, Martínez llamó a reflexionar sobre nuestra vida cristiana y hacer un examen de conciencia en nuestra vida personal. Con base en el texto bíblíco, recordó a personajes como Herodes, Pilato y Judas, de manera a identificar los vicios que se repiten en la sociedad y que debemos descartar.
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Lavarse las manos, un acto de cobardía y corrupción
El relato del juzgamiento de Jesús, en la que Herodes se desentiende del problema y Pilato, “se lava las manos”, a criterio de Martínez, no puede dejar de ser un reproche a la indolencia. El religioso comparó el hecho (de lavarse las manos) mediante el encubrimiento de los propios pecados y errores, tal y como ocurre en el conflicto Ucrania-Rusia, que deja secuelas de muerte, así como suceden con otras guerras y agresiones a la dignidad humana.
“¿Cómo lavarse las manos luego de estos actos altamente terrosistas, diciendo luego que fueron agresiones justificadas?”, indicó. Asimismo, sentenció: “lavarse las manos es siempre un acto de corrupción y cobardía”.
Uso del dinero sucio
Respecto al ejemplo de Judas, quien entregó a Jesús por treinta monedas lavadas con sangre, expresó: ¿Está justificado usar dinero de las injusticias y deshonestidad? ¿se puede seguir traficando con el dinero sucio para comprar pan sucio a los hijos, pan sucio de corrupción e injusticias; dinero que compra y vende a personas y amigos; dinero que trafica con seres humanos, con negociados destructores de la salud y dignidad de las personas?
Finalmente, Martínez exhortó a despertar de las apatías espirituales, de las comodidades e indiferencias para velar en oración. Expresó que cada cristiano debe tomar de ejemplo a Jesús como símbolo de amor. “Expresión del amor y la solidaridad, del amor verdadero, que es el único camino de la construcción social y comunitaria, para exorcizar el odio, la corrupción, la muerte, la maldad del corazón humano”, expresó.