La institución educativa se encuentra trabajando desde el inicio del año lectivo, en el mecanismo de prevención de abusos y de violencias a los alumnos de la institución, gracias a un proyecto psicosocial y emocional que cuenta con el apoyo de un doctor en medicina general. Es la única institución pública que cuenta con la asistencia profesional de una psicóloga clínica que realiza las evaluaciones psicológicas en forma personalizada a cada estudiante en la ciudad.
La directora de la institución, Rita Miño, expresó que el proyecto implica trabajar con cada estudiante, buscando prevenir el abuso y la violencia. “Desde el departamento de orientación hemos trabajado para dar el apoyo a nuestros estudiantes ya que esta pandemia de dos años acarreo muchísimos inconvenientes dentro del seno familiar, social y en todos los aspectos. Creemos oportuno trabajar la parte socio emocional y afectiva de nuestros estudiantes”, explicó.
Destacó el trabajo que está realizando la psicóloga clínica y dijo que es una bendición contar con la profesional. “Es un trabajo despacioso, estamos trabajando con los jóvenes para detectar qué dificultades tienen los estudiantes”, refirió.
La psicóloga clínica Rocío Ozuna indicó que el objetivo es la detección temprana de casos de abusos en niños y adolescentes. “En este caso estamos trabajando con adolescentes, estamos brindando un acompañamiento, hacemos entrevistas y evaluación psicológica, para detectar casos de abusos sexual, de violencias, trastornos depresivos, ansiedad y en caso de encontrar para darle un acompañamiento e intervención en forma temprana”, señaló.
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Docentes preocupados
La presidenta de la Asociación de Educadores de Ñeembucú, Manuela González, manifestó su preocupación sobre los hechos de abusos sexual a niños ocurridos en colegios de la capital. La docente dijo que es un tema muy sensible para los docentes.
“Somos personas de carne y hueso podemos cometer errores como todo ser humano y hay errores que pueden costarnos muy caro. En realidad nosotros tenemos un protocolo de actuación, el docente debe conocer cuáles son los mecanismos para activar este protocolo, una vez que llegue la información con la presunción para cuidar la integridad tanto de nuestros niños de nuestros estudiante como también la labor del docente”, explicó.
Dijo que es muy penoso todo lo que está sucediendo. “Tenemos que seguir en base a la experiencia que ha sucedido, reforzar los cuidados como educadores, porque nuestra labor es muy sensible es muy delicada, y cada vez se tiene que afinar aún más los cuidados para que nunca más suceda”, acotó.
Lamentó que la mayoría de las instituciones públicas no cuentan con profesionales como psicólogas clínicas y psicólogas educacionales y de orientadoras sociales, para hacer el trabajo de prevención.
“Lastimosamente el MEC, no nos da el rubro, el Gobierno debe aflojar un poco su economía porque ellos son de apretar mucho, son profesionales que se necesita en las instituciones. Yo creo que a través de los gremios podemos hacer fuerte el pedido para que liberen los rubros y contar con profesionales psicólogos, psicopedagogos e inclusive médico clínicos”, sostuvo.
Por su parte la supervisora pedagógica, Benilda Alarcón señaló que las escuelas públicas no cuentan con profesionales para la detección temprana de problemas de abusos y de violencias en los alumnos. “Tratan de suplir ese trabajo los orientadores, pero no es su función. Hay que diseñar una política educativa donde tengamos nosotros la inserción de profesionales para darle seguimiento”, indicó.
Dijo que la instrucción para los directores y docentes ante cualquier situación de desequilibrio en la instituciones, es siempre informar primero a la supervisión de la zona. “Siempre que hubo problemas nos constituimos en la instituciones para buscar la solución, hasta ahora no tenemos ninguna denuncia de casos de abusos sexual, pero si tuvimos un caso de violencia en una institución educativa que pudimos solucionar a tiempo”, manifestó.
