El juicio oral y público inició el pasado 24 de mayo y culminará el próximo 7 de junio. El caso cuenta con 41 testigos que deben declarar, de los cuales faltan algunos intervinientes y Maura Contrera, la hermana de la víctima, María Contrera. Además se presentarán los resultados de las pericias de los teléfonos celulares. Así lo informó la fiscala del caso, Laura Guillén.
El pasado 21 de agosto 2019, Andrés Armoa llegó al hospital de Calleí, San Lorenzo, pidiendo asistencia para su esposa María, quien estaba herida de bala. Armoa había dicho en ese momento que la mujer había sido atacada por motochorros, pero luego, en sus declaraciones ante la Policía, cayó en contradicciones. Finalmente terminó confesando que él ejecutó el disparo, pero que fue de forma accidental.
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La fiscal Laura Guillén, en comunicación con ABC Color, brindó hoy detalles acerca de la investigación y el juicio. Además, afirmó que la víctima sufría de violencia física y sicológica durante su relación con el presunto autor.
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Disparo había sido a corta distancia
“La médico forense, en su declaración, indicó que la trayectoria de la bala es de arriba hacia abajo, en la zona próxima al pecho, y que el recorrido de la bala inició debajo de la clavícula lado izquierdo y terminó insertándose en la columna vertebral. Para esto, la víctima tuvo que estar sentada o arrodillada” manifestó.
“También se hicieron las muestras de nitrito y nitrato en las manos y se encontró residuos de plomo en la mano derecha plomo residuos. La perito jefa del departamento de Investigaciones dijo que en raras ocasiones las pruebas arrojan resultado positivo a residuos de pólvora en la herida, y en esta caso sí hubo, por lo que también confirma que la ejecución tuvo que ser a unos 70 cm de distancia”, añadió.
Guillén señaló también que el suboficial interviniente, César Vázquez, de la Comisaría 7° de Ñemby, dijo en juicio que resulta llamativo que Armoa no le haya llevado al Hospital de Ñemby, que quedaba más cerca que el de San Lorenzo. “Además, en el momento en que se allanó la vivienda, se encontró mucho desorden, ropas tiradas por todas partes, además de rastros de sangre, por lo que se presume que hubo una discusión antes del disparo. También se encontraron dos escopetas y municiones”, señaló la fiscal.
Violencia sistemática
En sus declaraciones, los hermanos de la fallecida, señalaron que María sufrió de violencia física, emocional y sicológica durante los 15 años en que vivió con Armoa y que incluso había perdido un bebé a causa de golpes que había recibido. “María había perdido un bebé de cinco meses a raíz de golpes de puños y patadas que le habría propinado Armoa, razón por la cual ella se había ido de la casa y lo denunció por violencia”, explicó.
Si bien en varias ocasiones María había dejado la vivienda familiar, la misma volvió y la violencia continuó. Ambos tuvieron dos hijos, quienes en el momento del asesinato tenían 1 y 10 años.
“Según las declaraciones de los hermanos, Armoa siempre estaba armado y amenazando a María y a toda su familia, por lo que los hermanos se alejaron y por mucho tiempo perdieron contacto con ella, para evitarle más problemas. Los tenía amenazados a todos”, comentó.
“Tengo muchas pruebas”
Por su parte, Maura Contrera, hermana de la víctima, quien reside en España, es la última familiar que deberá declarar en el caso. Lo hará de forma telemática y anunció que espera tener tiempo de contar “todo lo que sabe”.
“Tengo muchas cosas que contar, ojalá se haga justicia. Tengo muchas pruebas para demostrar y ojalá me de el tiempo para hacerlo”, señaló.