Cañonero Paraguay, el buque escuela transportó a jóvenes estudiantes con el corazón acelerado

La joven tripulación del Cañonero Paraguay tuvo la experiencia de navegar y conocer en forma práctica las maniobras para surcar el río Paraguay en las 12 horas hasta Puerto Rosario, y luego el regreso a la capital. Emoción y un gran orgullo trajeron a la memoria lo que habrán sentido nuestros antepasados que lucharon en la guerra del Chaco.

Teniente de fragata, maquinista Diego Fleytas, primer oficial de máquinas del Cañonero Paraguay en un trabajo esencial para llegar a destino.
Teniente de fragata, maquinista Diego Fleytas, primer oficial de máquinas del Cañonero Paraguay.Rodolfo López, ABC Color

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El Cañonero Paraguay que ahora es un buque escuela estuvo bajo el mando del capitán de navío Carlos Barreto en su primer viaje después de nada menos que 55 años.

A bordo de la nave, el domingo 11 de junio, iban 12 oficiales, 26 cadetes y 75 grumetes con sus instructores, además de 30 guardias marinas.

El viaje tenía un tinte muy especial, conmemorativo: la firma del tratado de paz que puso fin a la Guerra del Chaco, el 12 de junio de 1935.

La joven tripulación del Cañonero Paraguay tuvo la experiencia de navegar y conocer en forma práctica lo que significa surcar el río Paraguay y las maniobras requeridas para llegar a Puerto Rosario y luego volver al puerto de Asunción.

Cañonero Paraguay y su joven tripulación

En las palabras de los jóvenes había emoción y un gran orgullo que significaron de esta manera.

El teniente de fragata, maquinista Diego Fleytas, primer oficial de máquinas del Cañonero Paraguay “expresó que ésto es algo histórico, y más para un señor oficial es un gran mérito personal y profesional”.

“Estoy agradecido con Dios y la Armada Paraguaya por permitirme ser parte de esto. Todo el personal de la sección de máquinas del Cañonero Paraguay trabajó muchísimo”, refirió.

“Así también, no siempre se cuenta con todos los recursos para hacer eso, así que se hace de la mejor manera posible, y gracias a Dios ahora estamos volviendo sin novedad gracias a Dios todopoderoso y Stella Marys que estamos pasando de la mejor manera posible y haciendo historia”, enunció.

Cañonero Paraguay, un buque escuela que aportó la primera experiencia de los estudiantes

Otro joven dijo, “yo soy el grumete de segundo curso prefectura Pablo Silva, de Ñeembucú, Pilar”.

“Para mí fue una experiencia muy impresionante porque aprendimos varias cosas, a maniobrar principalmente, nos demostraron cómo es la forma de manejarnos dentro de un buque. Es la primera vez que practicamos”, afirmó en nota para ABC TV.

“Nunca tuve noción de que iba a pasar por estos momentos tan magníficos, me siento muy emocionado, alegre con el corazón acelerado”.

Sintetizó, “tras 55 años de estar en reposo tenemos la dicha de zarpar rumbo a Puerto Rosario y regresando nuevamente”.

Un joven de la comunidad indígena chamacoco en la travesía

Por su parte el grumete de segundo curso de infantería marina Christofer Paya Escobar de la comunidad indígena chamacoco, explicó que es de Puerto Diana cerca de Bahía Negra.

“Esta una experiencia única, un orgullo, un honor poder navegar en este buque insignia, de las Fuerzas Armadas. No pensé que se iba a dar ésto y es un orgullo”.

“Estamos aprendiendo mucho sobre navegar, proa, popa, babor (costado izquierdo), estribor (costado derecho de la embarcación), cubierta; lo más básico”, apuntó.

“Como grumete y marino es muy importante el conocimiento y navegar”, señaló.

Y las damas también

Más adelante la cadete del cuarto curso naval combatiente Ramona Britez dijo, “me siento muy orgullosa de pertenecer a la tripulación. Como todos saben buque Cañonero Paraguay volvió a surcar el agua del río Paraguay después de 55 años, y mi experiencia es única e inigualable”.

“Como cadete del cuarto curso de la Academia Militar me siento muy orgullosa de pertenecer a esta navegación. Estar a bordo nos hace sentir como buen marino conocer la jerga, cómo es navegar”, resumió.

La cadete de cuarto curso naval combatiente Nilsa Fleytas, tenía mucha expectativas y todas ellas fueron cumplidas. “Gracias a Dios pude pertenecer a esta tripulación, aprendimos muchas cosas, pusimos en práctica todo lo que tuvimos en la Academia en teoría, y es muy emocionante realmente”.

“El buque escuela permite recoger mucha experiencia, yo siendo cadete de último año tuve la oportunidad de participar en la navegación y estoy muy contenta”, reportó.

Desde San Ignacio Misiones, y el fulgor de la historia

Otra voz, la del cadete de cuarto curso naval combatiente Pablo Vallejos, de San Ignacio, Misiones, tuvo igual sentimiento al contar que nunca se le había cruzado por la mente pertenecer a las Fuerzas Armadas y más aún a la Armada Paraguaya.

“Me siento muy orgulloso de ser parte de esta gloriosa Fuerza y más aún de formar parte de esta navegación, algo histórico y muy importante para toda la ciudadanía que repercutió de manera muy positiva para todos”.

“Me puse a pensar en todos nuestros antepasados y cómo se habrían sentido ellos, se me cruzó por la mente poder experimentar lo que de alguna u otra forma pasaron ellos navegando en este buque”, declaró con sentido sentimiento.

Y el subbrigadier naval combatiente Ariel Alfonso, reflexionó, “si uno se pone a leer un poco la historia del Paraguay se adentra en cómo fue surgiendo la Armada Paraguaya, las Fuerzas Armadas, uno sabe que el Cañonero Paraguay fue de gran ayuda en la guerra del Chaco”.

“Como marino me siento orgulloso, y mi expectativas se llenaron como dijeron mis camaradas”.

“Yo tuve un sueño desde pequeño, el cual mediante esta travesía pude cumplirlo. Donde uno pisa, en la cubierta donde uno mira hay un cúmulo de sabiduría, hay mucha historia en cada uno de sus compartimientos”, concluyó.

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