Diciembre tiene doble filo: mientras unos celebran, otros sienten que el peso del año se acumula. Cierres laborales, tensiones familiares, balances personales y el torbellino emocional que trae el fin de año pueden convertirse en un combo abrumador “con ruidos que te dejan en silencio”. Aunque desde afuera todo parezca fiesta, por dentro muchas personas lidian con ansiedad, tristeza o agotamiento que no se atreven a mencionar.
En ese contexto, el Ministerio de Salud recuerda que pedir ayuda no es un signo de debilidad, sino una herramienta indispensable para atravesar momentos difíciles. La campaña que acompaña la temporada decembrina muestra un mensaje claro: incluso cuando el entorno es ruidoso, algunas personas sienten que se apagan por dentro. Y está bien buscar apoyo.
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Llamá al 155
La línea 155 funciona como un espacio seguro para quienes necesitan hablar con alguien. Es gratuita, confidencial y está disponible las 24 horas, los siete días de la semana. Allí, profesionales capacitados brindan escucha, contención y orientación para atravesar crisis emocionales o simplemente para conversar cuando la carga mental se vuelve pesada.
El fin de año también trae expectativas: estar bien, compartir, celebrar. Pero la realidad es más humana que eso. No todos los días se sienten igual; no todas las personas pasan las fiestas rodeadas; no todas las familias viven diciembre desde la armonía. Validar esas emociones es el primer paso para acompañarlas.
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Por eso, desde Salud insisten en que no hay que esperar a “tocar fondo” para pedir ayuda. Hablar antes, hablar a tiempo, puede marcar la diferencia entre un momento difícil y una crisis profunda. La línea 155 tiene como finalidad dar apoyo a las personas en estos momentos.
