Comisario Cabañas, con turbios antecedentes

Un breve recorrido por el archivo de ABC Color nos permite percatarnos de que el subcomisario Julio Cabañas cuenta con varios antecedentes cuestionables en el departamento de Itapúa, donde se desempeñaba como subjefe de Investigaciones de Encarnación.

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Los antecedentes dan cuenta de que Julio Cabañas, junto a otros cinco policías, fueron sumariados en julio de 2016 y puestos a disposición del departamento de Asuntos Internos de la Policía Nacional, debido a que fueron denunciados por una familia de apellido Brizuela, oriunda de la localidad de Nueva Alborada, por haber ingresado a su vivienda a extorsionarlos, robarles dinero y luego disparar, dejando lisiado de por vida a uno de los miembros de la familia.

En ese entonces, Cabañas era subjefe del Departamento de Investigaciones de la Policía de Encarnación, y los que lo acompañaron a estos “procedimientos” fueron el oficial Alcides Añazco, el suboficial Pablino Silva y tres efectivos más de la Comisaría de Alborada, los suboficiales Lorenzo Rivas, Robert Ruiz Díaz, y el jefe de la unidad, suboficial Luciano Barrios. Estos tres últimos fueron investigados por no haber informado en tiempo y forma a la Jefatura sobre la denuncia de la familia en la que estaban involucrados los agentes de Investigaciones.

De acuerdo a lo detallado por la familia Brizuela, los uniformados encabezados por Cabañas, les realizaron una seguidilla de visitas extorsivas, primero con el fin de sacarles dinero, y luego como venganza porque ellos los denunciaron.

En ese entonces, Sergio Brizuela había llegado recién de la ciudad de Buenos Aires, Argentina. El 19 de junio de 2016, cuando Sergio estaba en la casa de sus padres, un grupo armado de efectivos policiales a bordo de una camioneta de color gris de la División de Investigaciones de María Auxiliadora ingresó a su casa y literalmente los asaltaron, despojándolos de 130.000 pesos argentinos que eran fruto de los 7 años que trabajó en la República Argentina, dinero con el cual planeaba establecerse en su pueblo.

Cuando ellos realizaron la denuncia, días después los policías volvieron a “visitarlos”, esta vez ingresando un sábado de la primera quincena de julio por la noche, disparando indiscriminadamente por toda la casa, ocasión en la que hirieron al cuñado de Sergio Brizuela, Ángel Otazú, dejándolo lisiado de por vida.

Por temor a más represalias, Brizuela no volvió a hacer la denuncia, pero la visita de terror volvió a repetirse el miércoles 20 de julio de 2016, cuando una vez más Julio Cabañas y su grupo de policías asaltantes llegaron a bordo de una patrullera, y al no abrirles la puerta, intentaron forzar su ingreso por el fondo de la casa.

Desesperado, Brizuela llamó a la comisaría de Alborada. Cuando los policías de la comisaría local llegaron a su domicilio, vieron al subjefe de Investigaciones Julio Cabañas, quien alegó que se trataba de un “operativo”, y se retiró rápidamente del lugar.

En ese momento, Cabañas había declarado su versión a medios de su localidad, reconociendo que efectivamente estaba en el domicilio de Brizuela haciendo un operativo, porque había recibido información de que una carga de droga llegaría a la casa.

Por otro lado, negó haber estado en el lugar el día que la familia fue atacada a balazos. Argumentó que ese día estaba en Encarnación, con un grupo de colegas.

 

 

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