Este sábado se cumplirán dos años de la asunción de Horacio Cartes, un empresario y outsider de la política, que utilizó el Partido Colorado para concretar su deseo de ser presidente del país. Casi a la mitad de su mandato, la evaluación para el mandatario no es de las mejores, en opinión de algunos analistas.
En líneas generales, para el economista Amilcar Ferreira, este Gobierno adoptó las medidas que corresponden para hacer frente a la desaceleración económica que ahora afecta al país; sin embargo, habla de un manejo poco inteligente de las finanzas durante el primer año, lo que se traduce en que casi a la mitad de su mandato, las buenas intenciones no se perciben en obras concretas. “Se perdió al inicio, el primer año completo, por un manejo poco inteligente de las finanzas, por no hacer uso del financiamiento disponible”, argumentó.
En el mismo sentido, el doctor Alfredo Boccia Paz, analista, indicó que la ejecución presupuestaria del primer año es “vergonzosa” y este segundo año aparentemente no hay mucha diferencia. Boccia indica que, al inicio de su gobierno, Cartes impulsó rimbombantes leyes con las cuales no ha hecho prácticamente nada. Los inversionistas no están, la ley de responsabilidad fiscal es una farsa y el despliegue de militares en el Norte no frenó ni remotamente al EPP.
Ferreira explica que, generalmente, cuando asume un nuevo gobierno, éste tiene claro lo que debe hacer y es lo que, al parecer, le faltó a esta gestión. Así, una economía que se mantiene estable pero con ejecuciones presupuestarias paupérrimas y retraso en las obras de infraestructura que tan necesarias son para las inversiones extranjeras, que el Gobierno se empeña en traer a costas de cualquier exención, componen el panorama a los dos años.
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Ferreira señala que no le parece oportuna ni necesaria la ley de incentivo a las inversiones que el Ejecutivo está impulsando. En su opinión, Paraguay ya ofrece suficientes beneficios a los inversores extranjeros con aproximadamente solo 12% de presión tributaria, cuando los demás países de la región tienen una presión tributaria por encima del 30%. “Esa ley no comparto porque eso implica congelar el sistema impositivo paraguayo para esos inversionistas; vale decir: Paraguay perdería la capacidad de ajustar impuestos con respecto a esos inversionistas por un plazo largo y me parece que con las ventajas ya de bajos impuestos que ofrece Paraguay, que es innecesario”, dijo.
El sociólogo Ramón Fogel critica más duramente este proyecto de ley, que daría hasta 20 años de exenciones tributarias a determinados grupos de inversionistas.
“Creo que hasta los fanáticos cartistas van a tener que reconocer que en lo que se aplaza definitivamente (Horacio Cartes) es en la lucha contra el EPP. Está su famosa frase aquella de que el EPP no le va a marcar la agenda, y el EPP le robó la agenda, escribió sobre la agenda, pegó stickers en la agenda, hizo lo que hizo con la agenda y se la devuelve cuando quiere”, dijo y enfatizó el alto costo que esto representa para las arcas del Estado.
Más de G. 3.000 millones al mes, miles de policías, militares y agentes fiscales involucrados en una lucha que no da resultados favorables. Por el contrario, el EPP demostró que se fortaleció en los últimos años, perpetrando secuestros simultáneos que además comenzaron a tener mucha más duración que plagios anteriores. Arlan Fick, cautivo durante nueve meses; Edelio Morínigo, durante más de un año, y ahora un colono menonita de nombre Abrahán Fehr.
A la fallida lucha y el fortalecimiento de esta banda criminal se debe sumar la aparición de la Asociación Campesina Armada (ACA) y recientemente un nuevo grupo autodenominado “Justicieros de la frontera”, con supuestas intenciones de atacar al EPP, amenazando a familiares de miembros del grupo criminal que nada tienen que ver con la banda.
El autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo encontró durante estos dos años lo necesario para desarrollar una nueva fase de violencia y también hay factores que permiten o sirven para catapultar a otros grupos criminales, repitiendo historias terribles de otros países.
La reducción de la pobreza fue una insignia en la bandera de campaña de Cartes, que probablemente quedó tirada en alguna seccional luego de ser elegido. A medida que pasó el tiempo, el discurso de la lucha contra la pobreza desapareció, opina Boccia, mientras que Fogel asegura que la desigualdad se acentuó durante este gobierno.
“La desigualdad se da en otros países también, pero se va controlando y reduciéndose progresivamente, no en medida suficiente tampoco, pero en Paraguay aumenta y eso se traduce en muchas formas de violencia y no se puede controlar la desigualdad”, dice Fogel, quien advierte de que no se podrá mantener un crecimiento sostenible ni los ricos podrán seguir acumulando riqueza si Paraguay sigue por la senda actual. El sociólogo recuerda que cuando países de la región invierten en cuestiones sociales más de US$ 1.000 per cápita, Paraguay está un poco por encima de los US$ 100 solamente.
Boccia destaca el retraso que se sufrió en materia de salud con este gobierno, que desmanteló todo lo “poco de bueno” que se hizo en gestiones anteriores. Por otra parte, rescata el trabajo que está haciendo la ministra Soledad Núñez en la Secretaría Nacional de la Vivienda y el Hábitat, cuyo trabajo es el más visible en el corto tiempo que lleva al frente de la cartera.