El Chaco se prepara tras bambalinas para elegir a sus nuevos gobernantes de cara a las elecciones generales a desarrollarse el próximo 30 de abril y además de decidir por un nuevo presidente hay expectativa en ver quien se quedará con la Gobernación de Boquerón, la cual está ubicada en uno de los departamentos más extensos del país y cuenta con un presupuesto de un poco más de G 60.000 millones anuales.
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El candidato a gobernador de Boquerón por la Asociación Nacional Republicana (ANR-FR), Harold Bergen es oriundo del sector privado y ya manifestó en varias entrevistas que en Boquerón pudieron sellar el polémico “abrazo republicano” descartando cualquier condicionamiento negativo de parte del movimiento Honor Colorado. Bergen, aunque cuenta con poca experiencia en el sector político, dice apostar al Chaco como eje de desarrollo del país y poseer varios proyectos para potenciar su desarrollo.
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En cuanto a los demás disputantes, una figura conocida es la del ex intendente Holger Bergen (PQ) quien bajo la Lista 8 se candidata también para gobernador, el mismo ya ejerció como intendente de Filadelfia, como concejal municipal y además es conocido en redes sociales por llevar adelante labores de rescate de animales silvestres con el refugio Urutaú, el cual maneja con familia entre otros cargos que ya ocupó.
En cuanto a la presencia femenina, la única candidata a gobernadora es Carolina González (UNACE) empresaria y con vasta experiencia como concejal en la Junta Municipal de Mariscal Estigarribia, la misma bajo la Lista 7 buscará conquistar el sillón de la gobernación.
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Si bien el Chaco, y en especial el departamento de Boquerón, tiene una presencia fuertemente aliancista para la mayoría de las intendencias, la opinión de los chaqueños es diversa en cuanto al favorito a ganar, recordando que buena parte de la fuerza electoral se encuentra en el sector indígena los cuales conforman el grueso de la densidad poblacional del departamento sumando el 60%.
En cuanto a las necesidades de la zona, la mayor de todas sigue siendo aplicar políticas efectivas en cuanto a las inversiones en el sector agua, el sonado fracaso del acueducto del Chaco y las plantas desalinizadoras de agua de los cuales ninguno funciona. Lo segundo es la vialidad, principalmente en el interior del departamento y en caminos rurales.