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En sus alegatos finales, el fiscal Marcelo Pecci había solicitado una condena de 28 años de encierro más otros 7 como medida de seguridad, teniendo en cuenta las sólidas evidencias que ubicaban a Lima Dos Santos en el lugar del asesinato. El juicio oral y público se llevó a cabo en la Agrupación Especializada.
Durante el desarrollo del juicio se demostró que el ahora condenado estuvo en la camioneta Toyota Fortuner usada para atacar al narco Rafaat, ya que el día del asesinato, 15 de junio de 2016, en Pedro Juan Caballero, se produjo un enfrentamiento a tiros entre facciones criminales y Lima Dos Santos resultó herido, lo que hizo que dejara rastros en la escena del crimen.
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Lima formó parte de las fuerzas de la policía militar de Río de Janeiro, Brasil, y fue dado de baja en 2011. Con este dato, sumado a otros elementos, se logró comprobar fehacientemente que el sicario tenía la preparación técnica suficiente para manejar el fusil ametralladora calibre .50 con el que se perpetró el homicidio, ya que la camioneta del narco era blindada.
A pesar de que no hubo testigos que ubiquen a Lima Dos Santos en la escena, las pruebas recabadas por la Fiscalía fueron suficientemente contundentes para lograr la condena solicitada.