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El uniformado recordó que tras la mortal refriega de junio de 2012 recibió al menos cuatro impactos de bala en las extremidades y también en el intestino, lo que motivó una cirugía. Anoni sostuvo ante el tribunal que el grupo policial que intervino en Marina Cue no portaba armas cargadas como para disparar. “Los disparos vinieron de gente de civil y la Policía reaccionó cuando ocurrió el primer tiro”, explicó.
Anoni detalló que el enfrentamiento duró entre 30 y 40 minutos; seguidamente, el tribunal preguntó si estaba en condiciones de reconocer a alguno de los civiles de quienes hizo mención anteriormente, momento en que se produjeron los cuestionamientos por parte de la defensa de los imputados, alegando una supuesta inducción a la respuesta.
Finalmente, los magistrados rechazaron el incidente y el comisario continuó con su declaración. Dijo haber reconocido a Rubén Villalba, no así a otros componentes, puesto que estaban con el rostro cubierto con capuchas o quepis, salvo las mujeres, los niños y los adultos mayores, que en promedio tenían alrededor de 60 años.
Durante su declaración, Anoni señaló que al menos 15 días antes del enfrentamiento hubo una intervención policial en el sitio, ocasión en que fueron recibidos con supuestos disparos intimidatorios y la amenaza de que no abandonarían el sitio. “Mientras, gritaban consignas contra la Policía, el Gobierno, la invasión sojera brasileña y el imperialismo estadounidense”, recordó.
Además del mencionado jefe policial, otros 15 uniformados deberán prestar declaración testifical ante el tribunal integrado por Ramón Trinidad Zelaya (presidente), Benito González y Samuel Silvero. El proceso judicial por la masacre se vio estancado en 14 ocasiones debido a maniobras promovidas por la defensa de los procesados. En la masacre murieron seis policías y 11 campesinos.