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El bus quedó varado en plena avenida Mariscal López, frente a la Embajada de los Estados Unidos, según el chofer a raíz de problemas en un rulemán ocasionado por el excesivo calor. Los pasajeros a la deriva debieron aguardar a otro bus de la misma línea, que llegó repleto, haciendo el viaje mucho más incómodo de lo previsto.
Como era de esperarse, los usuarios no escatimaron las críticas debido al estado de los buses y los contratiempos que ocasionan los periódicos desperfectos de las chatarras. A ello se suma el descontento ciudadano por la reciente baja del pasaje, que no condice con el continuo desplome en el precio del gasoil ni tampoco con el estado de los vehículos que quedan por el camino por su antigüedad y la falta de mantenimiento, como denunció uno de los afectados.
La empresa Jotamar, que explota la Línea 28, es propiedad de políticos colorados de Luque: los hermanos Justo Manolo y Javier Marecos, el primero concejal departamental y el segundo concejal municipal. Un tercer hermano, de nombre Juan Ángel, integra la directiva de la Liga Luqueña de Fútbol. Mientras los buses sufren desperfectos, sus propietarios recorren las paradisíacas playas de Cancún en México desde el 28 de enero, según imágenes compartidas en sus respectivos perfiles en Facebook.