Caso gatillo fácil: policías intimidan a testigos

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El padre del joven que quedó parapléjico tras ser baleado por policías denunció que testigos del hecho están siendo intimidados. Aseguró sentir “asco” por los agentes que atacaron a su hijo y exigió que “esos infelices vayan a Tacumbú”.

Richar Ramón Pereira, padre del joven de 25 años que lleva el mismo nombre, conversó con ABC Cardinal esta mañana, ocasión en que denunció que actualmente pasan por un nuevo inconveniente en la búsqueda de justicia para su hijo: los testigos del hecho están siendo intimidados, según aseguró.

El hombre aclaró los agentes no contactan directamente con quienes vieron el hecho, sino que se limitan a acecharlos. “Algunos hablaron de que le han llegado intimidaciones; por ejemplo, ayer vino uno y me comentó que le han estado siguiendo en un golcito (Volkswagen Gol) blanco y sin chapa”, refirió.

Aseguró que tiene el testimonio de al menos dos personas que están sufriendo este tipo de situaciones. “Todos los días les siguen, les rondan, siempre se mantienen a dos o tres cuadras de ellos; hacen movimientos intimidatorios, se hacen mostrar, como diciendo 'acá estoy'”, manifestó. Recalcó que ambos testigos coincidieron en que es el mismo vehículo el que les viene siguiendo. “Son dos personas (las intimidadas) y es el mismo vehículo (desde el cual les siguen)”, señaló.

El padre indicó que pese a todo, los testigos y amigos de su hijo se mantienen firmes en el apoyo a la familia. “Ellos dicen que no tienen miedo para enfrentarse a todo eso”, refirió.

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Igualmente, ratificó su pedido de justicia y “que los infelices vayan a Tacumbú”, al referirse al suboficial Jhonie Orihuela al igual que su jefe el comisario Jorge Zárate, cuya reclusión fue fijada en la Agrupación Especializada.

Confirmó que la familia presentará una querella adhesiva contra los uniformados, pero aclaró que aún no está definida la intención de demandar al Estado para pedir una indemnización. “De eso (el último punto) aún no hablamos, lo que queremos es que mi hijo se recupere”, afirmó.

Por otra parte, al ser abordado sobre qué sintió al ver a los agentes que dejaron parapléjico a su hijo, mencionó: “Me dio asco; no sé por qué tuve esa sensación de asco, ni siquiera sentí odio, tuve asco en ese momento”.

Sobre el estado de salud de su hijo, comentó que consultaron con un nuevo especialista, quien les reiteró el mismo diagnóstico: el joven no volverá a caminar debido al severo daño que le produjo la bala. “Mi hijo no sabe aún la situación; le decimos que este es un proceso largo que lleva más o menos cuatro años”, refirió para luego agregar que “yo creo que se va a dar cuenta solo con el tiempo”.

El padre aprovechó la ocasión para resaltar la solidaridad de los amigos y vecinos, ya que actualmente no puede trabajar siquiera porque debe quedarse a cuidar de su hijo. “No puedo volver a trabajar; gracias a los amigos y compañeros de trabajo estoy sobreviviendo, ellos están solventando todo, consiguieron una cama especial que necesitaba, un colchón especial e inclusive ayer una cadena de supermercados le donó pañales y una silla”, detalló.