El economista Jorge Garicoche, en diálogo con ABC Negocios, comentó que los efectos de esta redefinición tributaria no tardarán en sentirse en Paraguay, dada la estrecha relación económica entre ambos países. “Brasil es uno de los socios más importantes del Paraguay y, además, el principal inversor extranjero en nuestra economía. Las decisiones de política económica que se toman en Brasil, sean positivas o negativas, inevitablemente terminan impactando en nuestro país”. Explicó, sin embargo, que Paraguay ha logrado un desacople parcial de la economía brasileña pero la relación sigue siendo estratégica.

Garicoche señaló que la reforma busca reducir la presión fiscal sobre los ingresos bajos y medios, compensando esa menor recaudación con mayores impuestos a los segmentos de altos ingresos y a ciertos tramos de la renta empresarial. A esto se suma otro objetivo clave: equiparar los impuestos entre los distintos estados brasileños, donde actualmente existen marcadas diferencias fiscales entre una federación y otra.
“El sistema impositivo en Brasil no es homogéneo. Hay estados con cargas significativamente más altas que otros, y eso genera distorsiones importantes. La intención del Ejecutivo es avanzar hacia una mayor armonización, aunque todavía está por verse cómo se desarrolla el debate político”, advirtió el economista. En ese sentido, recordó que no existe certeza sobre un acompañamiento pleno del Congreso brasileño, lo que introduce un componente de incertidumbre respecto a la implementación final de la reforma.
Paraguay como alternativa productiva
En el análisis de Garicoche, la elevada carga tributaria que ya presenta la economía brasileña ha sido uno de los factores que impulsaron a muchas empresas a mirar a Paraguay como una alternativa competitiva. Sin embargo, aclaró que la relocalización total de industrias desde Brasil hacia Paraguay no ha sido la norma.
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“Ha habido algunos casos puntuales de empresas que cerraron operaciones en Brasil y se instalaron directamente en Paraguay, pero no es lo habitual. Lo que sí se observa con fuerza es un modelo de integración productiva, donde las empresas brasileñas trasladan fases de sus procesos productivos al Paraguay”, explicó.
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Esta estrategia responde a la búsqueda de mayor competitividad, apalancada en ventajas como menores impuestos, costos laborales más bajos, energía competitiva y un régimen de maquila atractivo. “Paraguay se ha convertido en un eslabón clave para mejorar la eficiencia de las cadenas productivas brasileñas”, subrayó.
De cara a 2026, Garicoche considera que esta tendencia continuará. “Todo indica que la inversión brasileña seguirá llegando, más allá de las discusiones políticas internas en Brasil. El modelo maquila viene traccionando muy bien y debería mantener su ritmo de crecimiento”, afirmó.
No obstante, fue cauteloso al señalar que no es esperable una migración masiva de grandes industrias. “El esquema predominante seguirá siendo el de integración gradual. Difícilmente veremos, al menos en una primera instancia, un abandono significativo de plantas industriales en Brasil para instalarse completamente en Paraguay”, agregó.
Crecimiento económico dispar en 2026
Las proyecciones macroeconómicas también juegan un rol clave en este escenario. Según el especialista, Paraguay tendría un muy buen año en 2026, con continuidad en su ritmo de crecimiento económico. En contraste, Brasil proyecta un crecimiento más magro, con mayores dificultades, aunque sin caer en recesión.
“A Paraguay le conviene que a Brasil le vaya bien. Sigue siendo uno de nuestros principales socios comerciales y es positivo que a la región en su conjunto le vaya bien”, remarcó.
En su lectura estructural, Brasil atraviesa una etapa de redefinición productiva. “Antes hablábamos de un Brasil industrial plenamente insertado en el mundo. Hoy vemos un país con fuerte presencia de productos primarios en los mercados internacionales y una industria que aún existe, pero con más dificultades para ganar competitividad. Ahí es donde Paraguay cumple un rol clave como plataforma complementaria”, sostuvo.
Desacople parcial y desafíos pendientes
Garicoche destacó que Paraguay ha logrado un desacople parcial de la economía brasileña. “Antes se decía que cuando Brasil estornudaba, Paraguay se engripaba. Hoy eso ya no es tan así. Cuando a Brasil no le fue bien en los últimos años, Paraguay aun así mostró buenos resultados”, explicó.
Sin embargo, advirtió que la relación sigue siendo estratégica y que el desafío pasa por profundizar la diversificación de mercados y productos, para amortiguar posibles shocks externos.
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Respecto a si Paraguay está preparado para aprovechar las oportunidades que surjan del contexto brasileño en 2026, el economista fue claro: “En parte sí, pero todavía hay mucho por mejorar”.
Entre los puntos críticos mencionó la necesidad de seguir invirtiendo en infraestructura, fortalecer el sistema energético y mejorar los parques industriales. “Algunos parques funcionan muy bien, pero otros dejan mucho que desear. Las industrias buscan conexiones, clústeres, economías de escala. No se trata solo de encontrar un terreno, sino de un entorno productivo eficiente”, explicó.
Finalmente, subrayó la importancia de la seguridad jurídica y el fortalecimiento institucional. “Ese sigue siendo uno de los grandes desafíos del Paraguay. Si logramos avanzar en esos aspectos, estaremos en mejores condiciones para captar inversiones no solo desde Brasil, sino desde el mundo”, concluyó.
