Vengo de una familia ganadera con más de 100 años de tradición en el rubro; hemos crecido y nos hemos adaptado a los nuevos tiempos gracias a la enseñanza de mi padre, Raimundo Llano (hijo), quien fue un emprendedor e innovador, con la visión de que por más pequeño que sea el proyecto, debe hacerse bien y con excelencia.
Allá por los años 80, empezamos a incursionar en la agricultura extensiva sembrando maíz y sorgo, y esto nos llevó a hacer una ganadería diferente.
Esto lo fuimos descubriendo gracias al conocimiento de mis hermanos que incursionaron en la agronomía, donde vimos que la buena nutrición era lo primero que debíamos corregir si queríamos acortar los ciclos de engorde de nuestro ganado para terminación.
En la actualidad, el ganadero paraguayo también tiene un gran desafío: ser cada vez más eficiente para lograr un aumento del hato ganadero nacional, estancado en 13.500.000 cabezas.
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Solo el 30% usa inseminación artificial
Una de las principales herramientas para crecer en hato y mejorar la genética es el uso de la inseminación artificial, una técnica que, según los especialistas, es utilizada por solo el 30% de los ganaderos en Paraguay.
Como Grupo Llano, hace mucho tiempo empezamos con la inseminación artificial, incluso pasamos a otras tecnologías más avanzadas, que nos han ayudado enormemente a crecer en cantidad y calidad de animales.
En la ganadería de antes los gastos o inversiones que debíamos hacer eran menores. Hoy, las exigencias y los gastos son mayores, se ha intensificado la producción, los tiempos son más cortos, pero aun así, también hay medios y herramientas para que el productor sea más eficiente.
Estoy convencido de que como paraguayos hemos crecido en todos los sentidos, invertimos en los campos, pero también nos faltan varias decisiones y acciones para llegar a lo que realmente pretendemos: una mayor tasa de procreo, aumento de hato, mayores pesos de carcaza, mercados premium, entre otras cosas. Se hizo mucho, pero aún hay mucho más que se debe hacer.
El ganadero antiguo era más bohemio, casi un artesano por cómo debía solucionar los problemas y no debemos perder esa esencia; pero a la vez debemos apostar por la tecnología, usar las herramientas para ser mejores comerciantes. Antes teníamos que recurrir a las estrellas, a la luna y al viento para tomar decisiones, hoy existen herramientas para tomar decisiones, y sobre todo para “fallar” menos.
Estimados productores: identifiquen las necesidades locales e internacionales y apuesten a las nuevas tecnologías, utilicen herramientas que estén mejor adaptadas a sus zonas de producción y que faciliten el trabajo. Infórmense, armen su cuadrito de ajedrez y a partir de allí empiecen a mover sus soldados.
Grupo Llano y Las Talas
