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No podemos esperar que tanto latrocinio en las instituciones públicas con su consabida impunidad pase desapercibida para cualquier que mínimamente evalúe el comportamiento de los políticos locales.
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También es evidente que este Gobierno no tiene la capacidad ni la voluntad para luchar en serio contra la infiltración del crimen organizado en nuestro sistema.
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Más que claudicar, el gobierno de Abdito parece haber tranzado para facilitar las cosas a quienes se dedican a esquilmar las arcas publicas.
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Ayer corrió profusamente en las redes sociales un audio en el que una extranjera pretende prohibir que se hable guaraní en una estancia de su propiedad.
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Parece una ironía. Justo el día que se conmemoraba a quienes dieron sus vidas por defender la dignidad de la Patria en la Guerra de la Triple Alianza.
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La reacción que generó en la gente que vive en la zona y en todo el país hace prever que semejante atrevimiento y desfachatez no irá adelante y quedará como una lamentable anécdota.
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Una comisión de la Cámara de Diputados trata hoy la reglamentación de la pérdida de investidura. Hay que estar atentos, por si quieren establecer nuevamente mayoría calificadas violando la Constitución.
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Continúa esta mañana el juicio a Peluquín y su hijo por enriquecimiento ilícito y lavado. Ojalá fiscales y jueces desmientan la mala imagen que se tiene de nuestro país en relación a la Justicia.
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En las próximas elecciones municipales no solamente quieren el rekutú personajes lamentables sino que hay algunos que se cambiaron de bando para intentar ser elegidos.
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Una cuestión que se verifica es que la ley electoral en cuanto a prohibición de propaganda extemporánea es inútil.
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Todos los candidatos hacen campaña en las redes sociales de manera abierta y nada se puede hacer legalmente al respecto.
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Ni siquiera se puede actuar contra quienes violan prohibiciones que están expresamente establecidas. Las multas además son irrisorias y a los candidatos les conviene pagarlas y seguir haciendo lo que quieren.