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Nunca movieron un dedo, pese a las reiteradas y contundentes denuncias que aparecían en los medios. Pasaron por alto la “noticia criminis”.
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La Fiscalía General tiene velocidades distintas según la simpatía con el “Nuevo Rumbo”. Al titular del PLRA, Efraín Alegre, le armaron una imputación de un renglón, luego corrigieron exclusivamente para enviarlo a prisión. Y lo consiguieron.
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Al senador Friedmann y Marly le presentaron como si son los “mayores lavadores de dinero de este país”. Hasta les quitaron sus vehículos, cosa que nunca hicieron con el clan González Daher, el exfiscal general Díaz Verón, Zacarías Irún, etc.
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Ni hablemos del caso “hermano del alma”, que ni olieron o no quisieron oler. Esto ocurrió durante la “bella época” del “Nuevo Rumbo”.
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Menos mal que Gafilat sabe perfectamente cuáles son los casos emblemáticos en Paraguay que necesitan ser castigados con toda la fuerza de la ley.
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Mientras los “peces gordos” no vuelvan a la cárcel, es muy difícil que zafemos del castigo.
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¿Será cierto que quieren acomodar como sea en la jefatura de Estadística Penal a una funcionaria que jamás pisó siquiera la sección, pero tiene como mérito ser cuñada de una de las directoras?
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¿El parentesco será suficiente para hacer la “vista gorda” ante los sumarios que tiene por distintas faltas? ¿Y qué pasa con aquellos funcionarios de la sección, que fueron capacitados para el cargo y con varios años de antigüedad?
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Si en estos casos administrativos no hay justicia, ¿qué sería en procesos judiciales?
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Subió el combustible y el gas domiciliario, pero no bajan los groseros beneficios que gozan los funcionarios públicos; sin embargo, cada vez más los contribuyentes tienen que esforzarse para mantener una gran cantidad de gente en el sector público que desde que comenzó la pandemia trabajan menos o prácticamente nada.