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A medida que pasan los días aparecen más y más fatos. Esto ya es insostenible. Pero a la Quiñónez le tiembla la mano. El locutor N° 2 es cuate del que sabemos.
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Este fin de semana llegan los enviados de Gafilat y seguramente cuando pregunten sobre este caso de la gobernación de Central directamente ya nos van a aplazar. Ni hablemos de Messer, el clan González Daher y otros “próceres” colorados.
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Seguramente los poderes Ejecutivo y Judicial ya le trazaron una “hoja de ruta” a los de Gafilat para que no puedan ver nada. Estos no caen en la cuenta que estos señores sin salir de sus oficinas ya están en condiciones de dictaminar que en nuestro país hay muchas “lavarropas”... automáticas y a control remoto.
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Un reverendo sarambi se armó en San Juan Bautista, Misiones, el jueves en un acto de “unidad” municipal. O sea, quisieron “vender” la imagen de la “cicatriz” entre cartistas y abdistas.
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Pero Mauri Espínola, el asesor de Marito, pidió que los medios cartistas dejen de criticar al Gobierno. Incluso solicitó una tregua hasta la finalización de las elecciones municipales previstas para el 10 de octubre.
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¿Para qué dijo eso? Toda la “artillería” cartista le vino encima al pobre chico seccionalero. Hasta incluso le sugirieron que le pida disculpas al que sabemos y le “bese el anillo”. Pero el joven se negó.
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Cuentan los que saben que José Alberto del Aña Cua es el encargado había sido de otorgar “la visa” a los colorados que tienen que asistir a los actos donde estará el “Patrao”. Dicen que hay muchos dirigentes que no tienen cabida en los palcos porque tienen un espíritu democrático y ejercitan su derecho al disenso.
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¿El Ministerio del Ambiente existe todavía? Debería despertarse de su larga “siesta” y comenzar a denunciar penalmente a los irresponsables que están incendiando el país. Si no pueden hacer esta tarea, pues el Ejecutivo debería cambiarle al titular Ariel Oviedo y poner alguien más comprometido.