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Intenta vender el cuento del “pescado podrido”, pero los documentos hablan por sí solos. Se ubicó como tesorero de la ONG que preside su esposa y fue un ferviente oenegero.
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Encima, su ONG se llama bla, bla, bla Cenáculo, que es el lugar de Jerusalén donde Jesús y sus apóstoles celebraron la Última Cena. ¡Imagínense! Usaron ese nombre para codearse con un entonces alto representante de la Iglesia Católica.
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El senador cartista “mala leche” tiene que renunciar a la comisión “garrote”, porque es juez y parte, ejecuta un plan inconstitucional, antidemocrático, de persecución de nivel dictatorial contra la sociedad civil.
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Pero, conociéndolo, no lo hará porque goza de la impunidad que le otorga el “Patrão” y encima tiene un ego estratosférico, que se puede “desinflar” en cualquier momento.
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El bravucón y el “mala leche” ayer le apretaron en la comisión “garrote” a una fiscala adjunta para que acalle al Grupo ABC. Fue a cara descubierta y vergonzosa.
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A la Dra. Machuca se la vio muy incómoda y respondió lo que tenía que ser. Sin vergüenza, ya exhibieron el “garrote” para perseguir a los enemigos políticos del “Patrão”.
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Como no estuvo el fiscal general del Estado, Emiliano Rolón, con seguridad lo van a volver a convocar para apretarlo sobre el tema.
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A este paso, en cualquier momento se va a presentar de vuelta “la enmienda mau”, porque el dueño del “quincho” ya no aguanta las “boludeces”.
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Y a propósito, Santítere evitó ayer a los periodistas. Evidentemente, teme que le pregunten sobre las afirmaciones de su correligionario de carpa, Leite.
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Tiene dos salidas. Ambas tendrán muy malas consecuencias para él. Si minimiza, le resta aún más autoridad. Si reacciona, tendrá serios problemas con su “Patrão”, porque el legislador hoy es una suerte de Sabino Augusto Montanaro, mimado del dictador.