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No es un tema nuevo, pero sí más evidente. Ni siquiera es repudiable la intromisión política, sino la sumisión de los magistrados.
Históricamente los políticos lograron manejar la Justicia, a partir del momento en que el sistema les dio la posibilidad de hacerlo.
La Constitución Nacional da una potestad amplia a los políticos de conformar los cargos judiciales y fiscales, desde el más insignificante hasta el más relevante.
El Consejo de la Magistratura tiene a dos parlamentarios, pero hay que sumarles a los dos representantes de los abogados, gremio que parece ser un apéndice de los partidos políticos, principalmente del Colorado.
Pero si fuera poco, Derecho UNA, que tiene un representante, no escapa a ese influjo. Se conoce de su comportamiento partidista.
De por sí, la clase política logra una mayoría en el Consejo, que dicho sea de paso, hoy en día está presidido por un diputado colorado: Roberto González Segovia.
El Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados va más allá. Tiene a cuatro representantes del Parlamento, a los que hay que sumar dos del Consejo de la Magistratura, órgano que, por lo expuesto, tiene una naturaleza política.
Hoy en día el Jurado es presidido por el senador liberal Fernando Silva Facetti.
Y para cargos como los de la Corte Suprema, Tribunal Superior de Justicia Electoral y Fiscalía General del Estado se debe pasar por el cedazo del Senado y el Poder Ejecutivo.
Por eso decimos que es más grave cuando hay sumisión, porque esto deviene a que los jueces y fiscales deciden someterse al poder político para mantener el puesto.
La naturaleza de los cargos judiciales se pierde cuando se renuncia a la esencia de hacer justicia.
Esto pasó hace poco en la Corte Suprema cuando se eligió al presidente César Diesel. Paradójicamente, Diesel exhortó recientemente a los magistrados de abstenerse de la contaminación política partidaria.
“Tenemos noticias de que se están gestando reuniones en sedes de los Palacios de Justicia de las distintas circunscripciones y hay que llamar la atención al respecto y dar la potestad a los miembros del Consejo de Administración a tratar de regularizar este tipo de reuniones, sobre todo aquellas que tengan algún sesgo de reunión político gremial. Es decir, evitar que esto esté ocurriendo. Aquello que sea gremial no hay inconveniente, pero aquello que tenga un sesgo diferente... esa es la tarea que tienen ellos: la de identificar este tipo de temas y evitar que así ocurra”, expresó Diesel en la última sesión ordinaria del pleno de la Corte Suprema.
Aquí bien se podría aplicar aquello de que el muerto se asusta del degollado. Pero es justo reconocer que la exhortación del actual presidente del máximo tribunal es muy razonable y oportuna.
Los gremios de magistrados están en plena campaña en la cual se habla de fuerte injerencia política. Cuando le consultamos sobre esto a uno de los candidatos, el camarista Angel Cohene, nos respondió que habla con todos, lo cual no significa que va a tomar una decisión fuera de ley y que a esta altura de su carrera, en la que la jubilación está cerca, no va a manchar su trayectoria.
No pudimos hablar con el camarista Enrique Mongelós, el otro candidato, pero de su entorno nos aseguraron que su trabajo es netamente gremial y lo demostró durante su presidencia.
Es importante entender que lo político siempre estará vigente por la necesidad de controlar a la Justicia. Pero ese control depende netamente de que los magistrados lo dejen. Jueces y fiscales deben unirse para que sus acciones sean a favor de la Justicia y no de oportunistas.