En muchos casos van a ser formalizaciones de candidaturas, al no existir una competencia real, con lo que las internas simultáneas serán solo un ritual legalizador de postulaciones.
La expectativa se centra principalmente en la definición de dos candidaturas presidenciales: las de la Asociación Nacional Republicana y la Concertación Nacional.
En ambos casos existe la curiosidad de saber a cuántos puntos recortaron la distancia, o si pudieron neutralizarla, quienes venían atrás en las tan diversas como en algunos casos sospechosas, encuestas de intenciones de votos.
Y luego del domingo 18 ver qué tan profundas quedaron algunas heridas de la campaña como para que se produzcan traiciones o brazos caídos en los poco más de cuatro meses de proselitismo que quedarán por delante.
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Mirando ese trayecto final, ya con las chapas definidas vamos a poder empezar a percibir si la campaña presidencial se polariza, algo que conviene a la Concertación, o si alguna tercera candidatura se fortalece aún más, estimulada por grupos afines al partido de gobierno, en la idea de que restaría un porcentaje importante de votos a los opositores ese domingo 30 de abril.
La novedad también va a ser el voto preferencial para definir candidatos para esas elecciones nacionales.
Sí, se puso en práctica en las municipales pero será la primera vez en unas elecciones para definir las cámaras del Congreso y las juntas departamentales, recordando que además los colorados utilizarán el mismo sistema para renovar sus autoridades partidarias.
Con el voto preferencial las campañas hiper personalizadas dentro de cada movimiento llegaron para quedarse, planteando una competencia interna de recursos y operadores entre los miembros de una lista.
No obstante, no está demás recordarlo, el sistema de voto preferencial privilegia primeramente a la lista y luego al candidato preferencial, causando, entre otras cosas, la disminución del voto cruzado o voto castigo, en la percepción del elector de que su voto no se desperdicia obligatoriamente con otros candidatos impresentables, que sin embargo reciben indirectamente el beneficio de que esos votos amplían la cantidad de lugares para esa lista en ese cuerpo colegiado.
Debe recordarse también que la Concertación utilizará el padrón nacional para definir su chapa presidencial, pero para que sus integrantes definan sus candidaturas al Congreso solo utilizarán los padrones de cada agrupación que hayan definido una alianza interna, como la que constituyeron por ejemplo el Partido Liberal Radical Auténtico con el Partido Democrático Progresista, el Partido Revolucionario Febrerista y otras agrupaciones.
La del domingo 18 será también una elección en la que se legalizarán muchas otras candidaturas con, hasta ahora, muy baja difusión.
Según el Tribunal Superior de Justicia Electoral hay unas 22 postulaciones que deben formalizarse para la presidencia y vicepresidencia de la República, además de los 45 candidatos a senadores titulares y 30 suplentes, los 80 diputados titulares y sus suplentes, y los candidatos a gobernadores de los 17 departamentos del país con los candidatos para los más de 250 cargos en las juntas departamentales con sus respectivos suplentes.
Ya desde el lunes 19 vamos a comenzar a ver el panorama más claro para el 2023, siempre que ese ritual del domingo consagre a los verdaderamente más votados en cada interna.