Un neoliberal dentro de un partido conservador

Al candidato presidencial del Partido Colorado, Santiago Peña, le ocurre seguido últimamente entrar en conflicto con la ideología de su partido cuando dice sinceramente lo que piensa sobre algunos temas, especialmente referidos al campo económico y social.

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La duda que se plantea es qué haría de llegar al poder ¿Intentará aplicar su visión y sus ideas de tinte evidentemente neoliberal? ¿U optará por renunciar a ellas y “adecuarse” a las ideas conservadoras y corporativistas de la ANR, como de hecho hace todo el tiempo cuando intenta “aclarar” que no dijo lo que dijo?

En 2017, cuando Peña era ministro de Economía y no se había confirmado oficialmente su precandidatura a la presidencia de la República en la interna colorada, se declaró a favor de la legalización del matrimonio igualitario y dispuesto a debatir sobre el aborto.

Después, cuando se desató un escándalo dentro de su partido, salió a “aclarar” que en realidad él estaba a favor solamente del matrimonio entre hombres y mujeres, pero que estaba en contra de la discriminación.

Probablemente, a esta altura, y siendo candidato oficial de la ANR a la presidencia, debe incluso estar a favor de la postura de los grupos antiderechos que abogan por la prohibición y persecución de los colectivos LGTBI.

No hace mucho, manifestó públicamente una advertencia para que los paraguayos no sigamos el camino de los argentinos que, según Peña, “no quieren trabajar”.

Posteriormente, dijo que en realidad estaba contra los subsidios que da el gobierno argentino porque, según él, desalentaban a los que quieren trabajar. Nada dijo sobre el hecho de que en Paraguay también existen subsidios desde hace tiempo para las personas de la tercera edad y para las que están en situación de pobreza extrema.

“Casualmente” estos subsidios como el conocido “Teko Porã” se crearon y comenzaron a darse durante la administración del presidente Nicanor Duarte Frutos, un colorado con veleidades socialistas que ahora se alinea al liberal Peña, con la esperanza, evidentemente, de continuar como director de Yacyretá, en caso que el candidato cartista gane en abril.

Es difícil que Peña, de llegar al poder en el próximo periodo, pueda cortar los subsidios que de hecho, mejoraron la situación de muchas familias en extrema pobreza. Aunque, evidentemente, le gustaría hacerlo.

El candidato de la ANR exhibió también su hilacha neoliberal recientemente, cuando habló de que el ministerio de Salud debe ser un órgano rector, como el Banco Central del Paraguay, y no tener más a cargo hospitales ni médicos. Según él, eso no es privatizar, lo cual hace pensar seriamente que debería volver a estudiar economía básica. O tal vez, simplemente necesite un psicólogo.

Peña rehuye el debate en este último tramo de la campaña porque sus asesores le dicen que no le conviene ya que, supuestamente, va adelante en las encuestas. El temor, obviamente, es que siga cayendo en contradicciones y en conflicto con la postura histórica y actual de su partido.

En los medios que publicitan su figura dice continuamente que no delegará decisiones. Lo hace porque sabe que la gran mayoría justamente cree que no tendrá independencia para administrar el país, si logra ganar, cuestión que su actitud huidiza y timorata actual pone en serias dudas.

mcaceres@abc.com.py

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