Muchos número$, pocas letras

Está visto que, en general, para ser miembro del parlamento lo último que cuenta es tener, aunque sea, nociones mínimas de leyes, derechos, probidad y voluntad para cumplir con el cometido de trabajar por el bien común. Solo hace falta, además de tener conexiones políticas, dinero… mucho dinero y una gran caradurez para hacerse de la víctima cuando quedan expuestas, como el caso de la diputada Virina Villanueva.

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Paraguay es un país bilingüe, el guaraní y el español comparten el carácter de idioma oficial y no representa “pecado” alguno no manejar al dedillo alguno de los dos. Pero lo que resulta ofensivo es que se escudan, como el caso de la diputada Virina Villanueva, en el idioma guaraní para hacerse de las víctimas cuando quedan en evidencia por su pobre nivel de formación académica y se burlan de la ciudadanía diciendo que son “angana” producto del deficitario sistema de educación. Ya quisiéramos saber en qué escuela estudió esta señora que tuvo la capacidad de “forjar” una fortuna que ronda de alrededor de USD 21 millones.

Es cómodo ponerse en el papel de víctima y sostener que todos la “atacan” por algo que no fue su responsabilidad cuando era niña. Sin embargo, está claro que la diputada no es la misma persona que estudió, según dice, en un aula multigrado de un solo profesor.

Y he aquí lo reprochable: ¿Cómo es posible que habiendo sido “víctima” de un sistema educativo deficitario, ahora que tiene recursos no se haya preocupado, al menos de pagarse un curso de oratoria? Seamos sinceros, porque hasta escucharla hablar en guaraní es jetu’u.

Esta persona fue designada para representarnos en el ámbito internacional, el Parlasur, donde eventualmente deberá defender nuestros intereses y fomentar las inversiones extranjeras en el Paraguay y otras cuestiones de vital importancia geopolítica. ¿Cómo lo lograría si ni siquiera se da a entender?

El punto cuestionable no es ser producto de una sistema de educación “pobre”; todos venimos, en tal caso, de la misma matriz educativa plagada de adversidades. La diferencia radica en quienes que a pesar de las adversidades han tenido la “osadía” de desafiar al sistema estudiando, procurando y a fuerza perseverancia han logrado avanzar y sobre todo “aportar” algo más que el “aichinyaranguismo” desde un curul.

Hay que dejar de hacerse de la “pobrecita” y actuar conforme al cargo. Y si no se siente preparada, dar el paso al costado y darle la oportunidad a alguien más apto. Pero eso solo pasa en los sueños... lo que cuentan acá son los número$ y no las letras.

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