Ya que estamos

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En toda familia siempre hay un médico, misma cosa sucede en los grupos grandes de amigos. Y he aquí que suele ocurrir en las reuniones de los unos como de los otros, que en medio de las conversaciones, saludos y charlas de los más diferentes temas de pronto como que alguien aproveche para hacer una consulta al médico en cuestión en relación a una dolencia o molestia, que nunca faltan. De esta forma, la persona se ahorra –o por lo menos pretende hacerlo- el traslado al consultorio y obviamente el precio de la consulta, además claramente de escuchar la opinión de un profesional de su confianza.

Normalmente, previa a la consulta se habrá establecido una charla en lenguaje coloquial que deberá –como único requisito- durar un par de minutos, para luego dar lugar a través de una excusa, que puede tener varias formas, pero que podemos abreviar en “ya que estamos…”, a la pormenorizada relación al profesional de la dolencia o similar en cuestión. Por su lado, es común que los consultados -salvo muy raras excepciones- sean atentos y escuchen al avivado de turno con detenimiento, dando posteriormente un par de consejos y recomendaciones, que usualmente incluirán el de consultar de manera formal. De esta manera, ambas partes salen gananciosas en el asunto.

Situaciones como ésta se dan todo el tiempo y de muchas maneras. El sentido de oportunidad hace que las personas, en forma instintiva y posiblemente originada en un instinto atávico de supervivencia, aprovechen determinadas ocasiones para intentar sacar el mejor provecho posible de una situación. Se lleva a cabo en el ámbito laboral, social, en la forma en que se administra el dinero y rige, en forma bastante general, el modo de desenvolverse la gente en la sociedad. Se entrelazan unos hechos con otros, aprovechando circunstancias que van desde la presencia física, disponibilidad de tiempo, condiciones climáticas o cualesquiera que sean propensas a la consecución de cierto fin, y se hace uso de ellas.

Hasta allí todo muy bien, y pongamos algunos ejemplos: Ya que vamos a tirar unas costillas a la parrilla, aprovechemos para invitar al tío que tanto apreciamos y no vemos hace mucho tiempo. O bien, ya que fuimos de vacaciones a un país en donde las temporadas de liquidación son increíbles, ¿qué tal si compramos ropa para los chicos que les dure toda la temporada? No molesta ni ofende a nadie. O bien nos valemos de alguien que viaja para hacerle llegar “unas cositas” a un pariente que vive afuera... “ya que va a viajar luego y no lleva muchas cosas”.

Demás está decir que es importante aplicar el sentido de oportunidad en aspectos de mayor trascendencia también: En este momento, “aprovechando” el impulso e ímpetu del titular del Ejecutivo recién asumido, desde los distintos gremios y asociaciones civiles se están elevando al mismo peticiones formales para que se corrijan o cambien antiguas prácticas que nos hacen perder competitividad como país y también perjudican al trabajo formal y a la formalidad en general. La sociedad entera parecería querer manifestar al Gobierno, casi en ciernes aún, que “ya que estamos destacando los cambios que queremos hacer, qué tal si también hacemos esto, aquello y también esto otro de yapa”.

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Es por todos conocido el escándalo dentro de la Policía Nacional, relacionado al secuestro de un ciudadano. El mismo no se pudo llevar a cabo por varias torpezas de los secuestradores, que resultaron ser… ¡Policías de carrera! Algunos incluso de alta jerarquía. En estos momentos, algunos de ellos están siendo apartados de sus cargos y esperemos pasen a retiro previo sometimiento a la justicia, como corresponde en derecho. Y de paso, “ya que estamos” … ¿Por qué no empezar a depurar las filas policiales y militares? Cientos de hechos de corrupción y mal desempeño de funciones están debidamente denunciados y aviesamente cajoneados. Buen momento para desempolvarlos, ya que estamos.

Como se puede ver, hechos fortuitos y otros previamente organizados, circunstancias imprevistas y otras de gran trascendencia y publicidad anterior, pueden servir de conectores para aprovechar la corriente a favor y el esfuerzo ya puesto sobre ellos para coadyuvar a unirlos a otras acciones. Desde el Gobierno, aprovechando la “bajada de línea” a todos los Ministerios y estamentos gubernamentales, relacionados a la celeridad de trámites y ahorro en procesos, se podría analizar también la superposición de funciones como igualmente –y ojalá se haga en forma seria de una vez- la eliminación del nepotismo, que en algunos casos muy sonados y ampliamente difundidos por los medios hacen perder credibilidad a los nuevos jugadores en la cancha. ¿Buen momento para agitar la escoba y barrer con ellos verdad? Ya que estamos…