Casualmente, en septiembre, pero de 2018, el entonces también flamante director de la EBY, Nicanor Duarte Frutos, se reunía con el intendente de Encarnación, Luis Yd, en la que se establecieron “prioridades” para la EBY como “restablecer el convenio en el área de la salud, el policlínico municipal, el relleno sanitario y la construcción de un teatro en la Costanera de Encarnación”, según la página oficial del ente del 17 de septiembre de 2018.
La referencia viene a cuento de la crisis desatada con el tema de la basura en la ciudad de Encarnación, y la incapacidad del municipio de hacer frente a la demanda del servicio.
En el 2015 se había establecido el Acta complementaria número 52 entre el entonces director de la EBY, Juan Schmalko, y el intendente de Encarnación, Joel Maidana (ANR), en la cual la entidad asume el compromiso de implementar “un plan de apoyo” para el funcionamiento del vertedero municipal, control del medio ambiente y tratamiento de residuos sólidos, mantenimiento del edificio y máquinas pesadas.
El Acta es firmada en el contexto de un “Convenio Marco de Cooperación Interinstitucional”, del cual, según afirman los actuales responsables de la administración comunal, no tienen conocimiento ni obra en sus archivos.
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La usina de Yacyretá, instalada en medio del río Paraná, provocó un gran impacto en todas las ciudades aguas arriba de la presa, particularmente en la margen derecha, debido a las características geográficas.
Y si bien es cierto que Encarnación ganó un nuevo y atractivo rostro urbanístico, el surgimiento de bolsones poblacionales con el desplazamiento forzoso de miles de familias y la llegada de nuevos pobladores provoca un incremento superlativo en demanda de servicios (transporte, salud, abasto, seguridad, etc.).
El tema basura es sólo un ejemplo, al que podemos sumar la red vial urbana, con importantes obras pendientes como la avenida de circunvalación, o el nuevo trazado del ferrocarril.
A ojos vista, esta visita del “nuevo-viejo” equipo en la EBY se inscribe en una “liturgia” que cumple cada tanto dentro del formalismo y la diplomacia, con el propósito de instalar la creencia de que se está haciendo algo. Y justificar los jugosos estipendios. En última instancia, gozan del beneficio de la duda.