Política y presión ciudadana

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Cuando la ciudadanía realiza sus legítimos reclamos, por los canales correspondientes, es probable que al final, logre sus objetivos. Si la prensa alza su voz y no deja en paz a las autoridades que cometen abusos, también se consiguen las metas. Esto ocurrió días pasados, con el nombramiento del hijo de Silvio Ovelar en el Congreso. Después de ser cuestionado duramente por la prensa y la ciudadanía, el joven tuvo que renunciar al cargo. Acusaron a su padre de hacer tráfico de influencia. También se habló de nepotismo. Los familiares de Ovelar cuestan al Estado casi 300 millones de guaraníes mensuales. La madre del joven es funcionaria de la Justicia Electoral con salario de G. 12 millones, la actual pareja de Ovelar, Magnolia Mendoza, es funcionaria de Itaipú, con casi 100 millones de guaraníes; su padre Armando Mendoza es empleado público y también lo son tres hermanos de Silvio Ovelar. Si esto no es tráfico de influencia y nepotismo, qué es entonces.

Sin dudas, los cartistas ya están mejor en este nuevo periodo de gobierno. Monserrat Alliana, hija del vicepresidente Pedro Alliana, se ubicó en el Congreso con 18 millones de guaraníes. No cuenta con título universitario. Diana Centurión Galaverna, esposa del senador Nano Galaverna, tiene un salario de G. 37 millones. Tampoco posee título universitario, pero entró a la Itaipú Binacional. Ronald Solinger Gamarra, en Yacyretá, hijo del diputado Germán Solinger, con sueldo más de G. 35 millones. Su mamá, Silvia Marlene Gamarra de Solinger, está en la Cámara de Diputados, con 12.700.000 guaraníes de sueldo y no registra título. Francisco Retamozo, hijo del senador colorado Ramón Retamozo, se colocó en Itaipú Binacional; es abogado, con un salario de G. 25.700.000. Silvia Noemí Vega es esposa del diputado Benjamín Cantero, está en la Cámara Baja y cobra G. 12.700.000; ella es abogada por Uninorte. Navila Esgaib, hija del diputado cartista Yamil Esgaib, está nada menos que en Itaipú con G. 9.000.000 de sueldo, sin título universitario. Silvia Abente Villalba es hija de Cristina Villalba, también ingresó a Itaipu con más de 26 millones de guaraníes de salario. Samuel Rojas, hijo del ministro de Desarrollo, Tadeo Rojas, cobra más de G. 19 millones en la Presidencia de la República, y Nadia Rousillon gana más de G 18 millones en Yacyretá; ella es arquitecta.

Estas son algunas de las joyitas que se pueden citar.

El caradura de Silvio Ovelar, además, cometió el disparate de decir que su hijo estudió en un colegio top y no como algunos chicos que vienen del interior y que estudian con maestras mediocres. Esto colmó la paciencia de la gente que recibió el mensaje como una verdadera humillación a los jóvenes y sus maestros de la campaña. ¿Pero acaso no es precisamente el Parlamento el que estudia el Presupuesto General de la Nación cada año y debe destinar más dinero al rubro de la educación? ¿No es por culpa de los políticos que estamos a punto de ser el país mas ignorante? ¿Y que nuestros niños no tienen lectura comprensiva? Estos son los puntos que debe considerar el Presidente del Senado en vez de incurrir en barrabasadas, o expresar barbaridades.

Lo que tiene que hacer es trabajar duro para que contemos con una mejor calidad de educación. La prensa se le vino encima y tuvo que pedir disculpas. El error ya estaba y se metió en la mente colectiva. Esta vez no le salió bien su discurso y metió muy grande la pata. Toman el Estado como una estancia particular donde hacen lo que quieren, mientras miles de jóvenes se sacrifican estudiando, tienen calificaciones brillantes y no encuentran trabajo. Tenemos que terminar con esta casta, con estos clanes que ponen a los parientes en entes públicos con sueldos jugosos. Son unas plagas y unos parásitos que devoran las arcas. La ciudadanía y la prensa deben actuar y terminar con esta práctica corrupta y vergonzosa.

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