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Las oficinas de Antinarcóticos, de la Policía Nacional y de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) reportan permanentemente que en los cateos en las viviendas denunciadas, siempre encuentran evidencias de microtráfico. Realmente es preocupante el aumento que tiene este “negocio” en los diferentes distritos.
El consumo de estos estupefacientes va ligado directamente con numerosos casos de hurtos de motocicletas, por ejemplo. Además de focos instalados en la parte frontal de casas y locales comerciales, que son diariamente llevados por estos adictos.
También distintos objetos de valor que los drogadictos llevan de las viviendas, los reducen a bajo costo para poder comprar crack o marihuana. Se convierte en un círculo que pone en vilo a la sociedad que tiene que lidiar con estas personas que han perdido el rumbo de sus vidas.
Cuando son detenidos y algunos van por ejemplo a la Penitenciaría Regional, allí nuevamente encuentran las dosis para continuar drogándose y, cuando salen en libertad, nuevamente delinquen para continuar comprando crack o marihuana.
La gran cantidad de personas, principalmente jóvenes, que consumen estas drogas, no tienen en la zona un lugar para poder seguir tratamiento para dejar esa adicción. Es urgente que se instale una dependencia donde se pueda internar a estos seres humanos.
Si bien es importante el trabajo que realizan la Senad y la Policía Nacional, con el acompañamiento del Ministerio Público al detener a los que realizan hechos fuera de la ley, no es menos valioso que los adictos tengan ayuda profesional para dejar esa vida.
Se deben realizar cooperaciones de las distintas instituciones públicas y quizá algunas privadas para continuar no solo con la erradicación de los lugares de venta de crack y marihuana, sino de la habilitación y mantenimiento de establecimientos destinados para tratamientos de las personas adictas.