Créditos condicionados

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El Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF) presentó su Reporte de Economía y Desarrollo (RED) 2024: La “transición energética justa” para países latinoamericanos, expuesto por su presidente, Sergio Díaz Granados y por Fernando Álvarez, su director de estudios socioeconómicos.

Comenzaron con una reafirmación del dogma climático: “La evidencia científica apunta a que la acumulación excesiva de GEI de origen antropogénico (proveniente de la actividad de los seres humanos) es la causa del calentamiento global”

Las temperaturas están subiendo, pero no hay tal evidencia científica sobre que su causa sea antropogénica. Así de simple. Eso es un dogma de fe, una “revelación” de naturaleza religiosa.

Integrantes de la “American Meteorological Society” afirmaron, ya en 1995, que estas “…iniciativas políticas derivan de teorías científicas altamente inciertas. Están basadas en presunciones sin soporte…” Los datos no han sino confirmado lo anterior. El pasado 5 de junio un grupo de 57 científicos de todo el mundo publicó (en Copernicus.org) que no hay evidencia sobre que la actividad humana sea la causa principal del aumento de temperaturas.

Sin embargo, de aquel dogma la CAF y otros deducen que “las metas ambientales globales precisan… de una transición energética que contribuya a reducir las emisiones”. La CAF para dar créditos, propone cambios en la matriz energética: “Por el lado de la demanda se resaltan tres sectores que se podrían ‘electrificar’: Las industrias, el transporte… y los hogares… El factor más importante es promover uso de transporte público, ya que la ‘solución’ de los autos eléctricos dista de ser una solución generalizada”.

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Sostiene la CAF que “reconoce que el mundo desarrollado ha tenido una mayor responsabilidad en las emisiones… Pero… esto… no exime a ningún país o región de realizar esfuerzos para limitar los GEI… el 75% de las emisiones actuales vienen de países de ingresos medios y bajos…”.

“También analiza acciones… tales como… los mercados e impuestos al carbono…en América Latina…alrededor de 65% de las emisiones provenían del sector sector agropecuario, la silvicultura y otros usos de la tierra…”.

Álvarez reconoció que “La descarbonización implicará posiblemente que países cuyos crecimientos están directamente relacionados a la producción de hidrocarburos tengan una reducción importante en sus ingresos…” Y debió agregar la reducción de ingresos por limitaciones al aparato agropecuario.

En síntesis, la CAF y demás organismos internacionales de crédito condicionan sus prestaciones financieras a detener la expansión de nuestro sector agropecuario o a reducirlo directamente, encareciendo y burocratizando absurdamente los procesos productivos que nos han permitido reducir la pobreza y limitando nuestras libertades individuales como el acceso al auto.

Un cierto alivio se produjo el pasado domingo 9 cuando los pueblos de Europa infaustos se pronunciaron en las urnas contra tanto disparate. No necesitamos aceptar estas imposiciones dogmáticas.

evp@abc.com.py