Informe de gestión Presidencial entre bostezo y pirakutú

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Inició su informe basado supuestamente en cinco pilares que, con amplia sonrisa fue enumerando y poniendo a prueba la expectativa de todo un país:

  • Seguridad y Defensa,
  • Crecimiento Económico,
  • Educación de calidad,
  • Un Paraguay sano y,
  • Un Paraguay Social para todos.

Sin embargo, con un golpe de timón, rostro convincente y evidente intención de agradar en particular al Patrón y a su séquito de aduladores, se desvió 100° de lo anunciado sumergiéndose por casi 60′ a criticar, enjuiciar, censurar los cinco años de su antecesor presidente Mario Abdo Benítez, olvidando que él era el principal protagonista responsable de guiar a este país y no al que ya se fue.

Lamentó

Haber recibido un país en donde durante el último periodo de Gobierno, no solo se estancó la reducción de la pobreza, sino que inclusive aumentó con un 25,5% de pobreza total y un 6,1% de la pobreza extrema en el año 2022″ y que “volvió la improvisación en el nombramiento de cargos públicos estratégicos” y el fantasma de la corrupción enseñoreado.

Mencionó

Que se creyó que el Estado es una “máquina que funciona con piloto automático”, un craso error conceptual y que el Estado lo que precisa es un liderazgo que encause constantemente hacia las personas, además, muchas de las conquistas logradas en años anteriores se perdieron y encontraron regresiones en casi todas las instituciones.

Descubrió

Algo denominado “la República de Tacumbú”, un Estado aparte gobernado por criminales, y un total abandono del sistema penitenciario con graves implicancias en la seguridad ciudadana, el microtráfico, el narcotráfico y otros delitos orquestados desde las penitenciarías.

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Recordó

Caso de Petróleos Paraguayos (Petropar) y aguas tónicas de oro y una Petropar para los amigos.

Explicó

Asumimos el Gobierno con una economía creciendo apenas un 0.2% el año anterior, una deuda de más de USD 600 millones en salud y obras públicas no registradas dentro del déficit fiscal heredado, además de una descomunal suma despilfarrada en pandemia que hoy lo sabemos dolorosamente, simplemente no llegó a la gente.

No se libró

Ni siquiera la banca central, siempre celoso líder en institucionalidad, quedó a salvo: vimos cómo se instrumentaron nuestras instituciones con fines meramente políticos.

Mientras él se preguntaba quién permitió todo lo enumerado, el público, trataba de disimular el generalizado bostezo, otros muchos se deleitaron con el famoso pirakutú, esperando que el mandatario vuelva a la realidad para que el pueblo despierte de verdad.