Cargando...
Respetar la ley del Señor hace a una persona crecer en la fe, une más la familia y colabora con el desarrollo de la sociedad.
Los cinco mandamientos de la Iglesia Católica son normas válidas que complementan los Diez Mandamientos, protegen y motivan a los fieles. El Catecismo 2041 aclara: “Tiene por fin garantizar a los fieles el mínimo indispensable en el espíritu de oración y en el esfuerzo moral, en el crecimiento del amor de Dios y del prójimo”. Primero: “Participar de Misa entera los domingos y fiestas de guardar”. En Paraguay se guarda el 15 de agosto, 8 y 25 de diciembre. En la Eucaristía la comunidad se reúne para celebrar la Resurrección de Cristo, dar gracias por las bendiciones recibidas, pedir perdón por las macanas y cargar las pilas para las luchas que vienen.
Segundo: “Confesarse al menos una vez al año”, pues de muchas formas ofendemos al Creador y maltratamos al semejante. Hay que reconocerlo, pedir perdón, reparar los males realizados, y hacer un propósito honesto de no tropezar más en la misma piedra.
Tercero: “Comulgar al menos por Pascua de Resurrección”. Es la solemnidad más grande del cristianismo y de toda la Historia humana, y recibir, en estado de gracia, el Cuerpo de nuestro Redentor es un inigualable privilegio. Para tanto hay una preparación remota, que es una vida coherente, oración intensa y empeño por la justicia. La preparación cercana es el ayuno de una hora antes de recibir la santa Hostia. Este pan vivo bajado del cielo nos protege de la anemia espiritual. Cuarto: “Abstenerse de comer carne y ayunar en los días establecidos por la Iglesia”. Obligatorio el Miércoles de Ceniza, los viernes de la Cuaresma, especialmente el Viernes Santo. El ayuno nos favorece para dominar nuestros instintos, fortalece la voluntad y agranda la libertad de corazón. Un ayuno muy propicio es del teléfono celular: dejar el aparato apagado una hora... sin tener un ataque histérico.
Quinto: “Ayudar a las necesidades de la Iglesia”. Los fieles deben colaborar económicamente para apoyar su misión, las obras de caridad y formación de nuevos religiosos y sacerdotes. Es el diezmo, o aporte significativo, pero no es limosna ocasional. Es eficaz para disciplinar el apego a los bienes, señal de gratitud al Señor y gesto de pertenencia a la comunidad.
Paz y bien