Qué gran país sería éste sin los ladrones

El Paraguay tiene grado de inversión doble. Esto es más importante que la clasificación albirroja al Mundial. El país debería estar festejando en la calle Palma. Pero no. La gente de a pie sigue descreída de los logros macro, presintiendo que éstos solo servirán para seguir engordando a politiqueros ladrones.

Gran parte de los logros macro termina en el saqueo, como remuneraciones para hurreros y parásitos de los jefes. Ahí está la municipalidad asuncena: casi 10 mil funcionarios. La mitad no hace nada (ni sirve para nada) pero cobra puntualmente.

Están los nepobebés, los amantes que atienden a uno y otro sexo, las exesposas, los hijos (inútil partida, como diría mi abuela Tola), vecinos, correlí, alcahuetes que organizan fiestas locas. Una legión del bandidaje que mantenemos con nuestros impuestos (poco o mucho).

Está lo de Itaipú, donde el dinero se evapora como las aguas que pasan por el vertedero. Sin control, porque es “binacional”. Claro, binacional del robo.

Están las licitaciones, como la última del MEC, que el ministro trata desesperadamente de justificar sin responder jamás a las preguntas cruciales: qué diablos se licitó, pues el ministro dice una cosa y el pliego, otra (y como afirmaba Chivé Mendieta, una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa); si es posible presentar en 10 días una oferta para 17 millones de volúmenes de lo que fuere que se licitó; si es posible conocer al “ganador” 19 días después del llamado de tan voluminosa provisión. Karai ministro —en otro de sus giros— dijo al final que no eran libros sino impresiones, y por lo tanto no podían participar “librerías”, sino empresas gráficas. Pero pasa que ganó una “librería”, que también es editorial como todas las empresas que usualmente participan en licitaciones de libros o impresos didácticos. Y el “ganador” ganó porque fue el único que sabía de la “licitación”. De todo este mejunje, queda la sospecha de que los 7,3 millones de dólares puestos por Itaipú para esta licitación casi kañyhápe, tendrían varios destinatarios. La Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) lograría su parte como “intermediadora”. Itaipú y la imposibilidad de controlar sus fondos: todo permitido. ¡Felices fiestas con la plata del pueblo!

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Tenemos grado de inversión doble, pero a corruptos solo nos gana Venezuela. El papá del senador Rivas acaba de ser salvado nuevamente en Diputados, pese a las pruebas de presunta corrupción en su Municipalidad de Tomás Romero Pereira. Su hijo es peluche de “don Horacio”.

Del presi de Petropar, ni hablemos. La Contraloría es tajante. Debe exhibir el surtidor de donde obtiene para vivir a lo jeque besuqueándose con su diputada “por las Uropas”.

Son nimiedades a las que se suma un transporte público que se parece a Dalia López: desapareció.

Tenemos grado de inversión doble. Celebrémoslo. No con asado, claro; capaz que nos alcance para unas fetas de mortadela y algunas plebeyas galletas. Paraguay macro y Paraguay micro. ¡Qué gran país seríamos sin políticos ladrones!

nerifarina@gmail.com