Según la doctora en historia Mary Monte de López Moreira, en su libro “Historia del Paraguay”, durante la colonia, los gobernadores de la provincia del Paraguay ejercieron todos los derechos jurisdiccionales sobre la región occidental, llevando a cabo expediciones y fundaciones.
Sin embargo, según la historiadora, en el momento en que nuestro país y Argentina firman el Tratado de Límites en 1852, el representante boliviano en Buenos Aires, Juan de la Cruz Benavente, reclamó el dominio del Chaco para su país. No obstante, el presidente Carlos Antonio López comunicó al enviado del vecino país la soberanía paraguya sobre el Chaco, que poseía destacamentos militares desde Fuerte Olimpo hasta Formosa.
Conforme a las informaciones que brinda el Ministerio de Educación y Ciencias (MEC), Bolivia manifestaba el derecho jusrisdiccional sobre el Chaco por herencia del adelantado Don Diego de Almagro, que incluía el chaco Boreal y parte de la Región Oriental. Por otra parte, según el MEC, Paraguay afirmaba que las capitulaciones refrendadas por el Rey Carlos V facultaron a Don Pedro de Mendoza la defensa de nuestro país contra las invasiones de los portugueses, razón que demostraba la soberanía paraguaya.
En el año 1878, el presidente norteamericano Rutheford B. Hayes falló a favor de nuestro país en el litigio que Paraguay y Argentina mantenían sobre la posesión del Chaco Boreal. Pero, años después, tras la caída boliviana en la Guerra del Pacífico (1879-1883), en la que esta nación perdió la salida al mar, renació el interés de los vecinos del norte por el Chaco e intentaron obtener el litoral marítimo de la costa atlántica, mediante el río Paraguay, según afirma el MEC.
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Durante el avance bolivano en el Chaco, el 25 febrero de 1927 en el fortín Sorpresa, se produce el primer enfrentamiento entre el ejército vecino y nacional, en cual fallece el Tte. Adolfo Rojas Silva. Posteriormente, las tropas paraguayas toman el fortín boliviano Vanguardia en 1928, pero lo liberan por razones políticas; buscando una salida pacífica al conflicto territorial.
No obstante, cuando la relación parecía restablecense entre los vecinos paises, según la doctora Monte, el 15 de junio de 1932, el fortín Carlos A. López fue atacado por tropas bolivianas. Por este motivo, el teniente coronel José Félix Estigarribia, comandante de la primera división de infantería, ordena la retoma del fortín.
Con el fin de recuperar el actual décimo sexto departamento, según el MEC, el 9 de septiembre de 1932 inició la batalla de Boquerón. Las tropas bolivianas, ya sin agua y comida, se rindieron el 29 de septiembre del mismo año, conforme a los relatos de la historiadora.
Como afirma el MEC, la victoria de Boquerón sirvió como motivación a los soldados guaraníes, quienes llegaron a ganar la guerra pese a las desventajas que tenía nuestro país frente a Bolivia, que superaba en población, territorio, posibilidades económicas, tropas militares y armamentos al Paraguay. La gesta bélica, que duró tres años, acabó el 12 de junio de 1935 con la firma del Protocolo de paz entre ambas naciones; aunque, según datos del ministerio, el tratado final de paz y límites entre ambos países se concretó tres años después, el 21 de julio de 1938.
Según datos de la Dirección de Pensiones No Contributivas del Ministerio de Hacienda son 105 los valientes veteranos de la Guerra del Chaco, registrados en planilla a fines de mayo de este año. El acto heroíco de los soldados paraguayos, que defendieron la soberanía territorial, debería ser recordado siempre, por su valor histórico y representativo de nuestra identidad nacional. Como diría Emiliano R. Fernández: ¡En el Chaco, tricolor ñane bandera!
Por Anahí Acevedo (19 años).
