¿Te pasó alguna vez que, en la comodidad de tu cama, segundos antes de entregarte a los brazos de Morfeo, tu celular notifica, con su estridente ringtone, la llegada de un mensaje? Si viviste una situación similar, seguramente, revisaste tu smartphone pensando que, tal vez, el tono daba aviso de una emergencia. Sin embargo, al mirar los chats, te sorprende un mensaje que ofrece un préstamo sin intereses.
Con espectadores cada vez menos impresionables y una cantidad incalculable de competidores, hoy en día, las publicidades necesitan más que creatividad y colores llamativos. Por ello, los “pop ups” y mensajes empresariales, que llegan a nuestras pantallas, se convierten en una realidad constante que, en lugar de atraer nuevos clientes, repele a los consumidores.
Los avisos publicitarios generan ingresos económicos a los sitios web, lo que posibilita al usuario beneficiarse de servicios “gratuitos” que en realidad tienen un precio incalculable: la pérdida de la tranquilidad y la ausencia de privacidad. No obstante, si te ofrecieran pagar por mantener tu cuenta de Facebook o Twitter, a cambio de aniquilar todos los molestos anuncios, probablemente, dudarías dos veces antes de aceptar la propuesta.
Por eso, las aplicaciones que bloquean anuncios son aliadas infaltables de muchos internautas. Esta medida adoptada por los dueños de smartphones y computadoras está llevando a los creativos publicitarios a cranear soluciones ante la inefectividad de sus avisos, pues el uso de “adblockers” creció globalmente un 30% en 2016, de acuerdo a un reporte de Adobe PageFair.
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El año pasado, los internautas, hartos de las interrupciones en sus momentos de paz, consiguieron una gran conquista: Google comenzó a bloquear los formatos mas invasivos de publicidad de los sitios web que no cumplen un estandar básico de calidad, tales como los videos que se reproducen con sonido automáticamente y los anuncios flash emergentes. Esta empresa se sumo a una “Coalición por mejores anuncios”, junto a compañías como Microsoft y Facebook.
Paradojicamente, según el informe anual de Google, de los 32.500 millones de dólares que ingresaron a la empresa en el segundo trimestre de 2018, 28.000 provenían del negocio publicitario. Aunque con esta decisión, en principio, parezca que Google dio una patada contra su propia olla, tal vez, esta disposición de la empresa multimillonaria responde a las medidas de bloqueo instauradas por los usuarios que ya no se muestran pasivos ante tantos ataques hacia su tranquilidad.
Adblock plus, uBlock origin, NoScript y Ghostery representan algunas de las apps que bloquean publicidades y se pueden descargar en Internet. ¿Qué esperás para deshacerte de estos molestos anuncios?
Por Agustina Vallena (19 años)