La poesía, que comenzó a desnudar almas hace siglos a través de la letra y de la voz, se formó y transformó a lo largo de una historia que, por cierto, continúa alargándose mientras adquiere nuevas corrientes. De igual manera, la psiquis, los sentimientos y las realidades sociales se manifiestan sin que esta rama del arte se de por vencida.
El slam poético, género de declamación que se mezcla armónicamente con el arte dramático y con el formato de competencia, surge como una conexión de hilos que estaban destinados a entrelazarse en algún momento. Marc Smith, en 1985, daba las primeras representaciones de este estilo en un café de Estados Unidos, mientras el jazz sonaba y los textos se liberaban desde su boca.
El término "slam" se traduce del inglés como "golpe", lo que nos introduce a la manera en que se presenta esta forma dramática de declamación. Un formato competitivo caracteriza a esa apariencia innovadora que constituye el slam, no como si hablásemos de una batalla de rap en la cual se improvisan los versos, pero sí como un ring de boxeo en el cual, al final, sólo habrá un ganador: el que, en poco más de 3 minutos, despierte la emoción de las almas expectantes y genere los aplausos del público.
Con el logo alegórico de un guante de boxeo sosteniendo un micrófono, el grupo “Slam en Voz Alta” convoca a competencias poéticas en varios espacios culturales paraguayos. Así como un club de música jazz fue el vientre que dio a luz al slam poético el siglo anterior, el año pasado este grupo dio el salto más importante en Mburucujazz, al hacer la primera de estas competencias en tierra guaraní.
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Slam en Voz Alta sigue marcando presencia en eventos que dan vida a la poesía y son abiertos al público en general. Este grupo que combina versos, stand up y monólogos destacó su competencia lúdica en beneficio del Bañado Sur a mediados de este año; así también, sus presentaciones en el espacio Drácena son momentos de tertulia cautivantes.
"3 minutos 20 marcan la fuerza que puede llegar a tener una persona y, en 3 minutos 20, a través de la palabra y del cuerpo, resumir aquello que nos cala hasta los huesos" son los versos de Juliana Quintana y Gabriela Archondo, creadoras de Slam en Voz Alta. Al final, estas palabras no tienen sentido en un texto leído desde el teléfono o computadora, sino que hace falta declamarlas, gestuarlas y, si es necesario, gritarlas para entender ese sentido oculto, que se vuelve explícito, a través del slam poético.
Por Eliseo Báez (17 años)
