Con falsas promesas y brutalidad, el feminicidio cobra muchas vidas

Este artículo tiene 6 años de antigüedad
El feminicidio marca su presencia con un puño cerrado que lleva consigo una vida más como trofeo.
El feminicidio marca su presencia con un puño cerrado que lleva consigo una vida más como trofeo.ABC Color

Golpes y abusos que intentan ser minimizados con promesas vacías de un cambio, envuelven la realidad de una sociedad sumida en constantes violencias. Así, el feminicidio marca su presencia con un puño cerrado que lleva consigo una vida más como trofeo.

Una pasión desmedida, el enamoramiento de los primeros tiempos y la sensación de seguridad son características que se presentan de manera habitual al comienzo de una relación. Los pequeños gestos se sienten como un mimo al corazón y los defectos parecen invisibilizarse ante los detalles positivos que, pese a ser mínimos, llenan de inocente ilusión.

Debe ser por esa ingenuidad de sentirse capaz de superar las dificultades o la idea de que el amor todo lo puede y todo lo soporta, que los primeros indicios de violencia y opresión pasan desapercibidos. De esta manera, una voz ahogada en el subconsciente trata de gritar sus advertencias, pero la dependencia y la esperanza de algún cambio vuelven imperceptibles cualquier aviso previo.

Los números no solo simbolizan la violencia que se llevó una vida como trofeo, dejando en claro que el “felices por siempre” es un simple sueño infantil, sino también representan la impotencia a la hora de enfrentar palabras despreciativas que disminuyen el amor propio.

De igual forma, los golpes lastiman hasta el alma, dejando heridas lacerantes en recuerdos desaparecidos poco a poco, a medida que el puño cerrado recorre la piel, en lugar de las pasadas caricias. Así, en todo el año, suman más de 30 casos de feminicidios en nuestro país, de acuerdo a datos de la Unidad Familiar del Ministerio Público.

Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy

Frecuentes casos, que sorprenden por el nivel de brutalidad, debilitan aún más las desgastadas esperanzas de sentirse realmente protegida en estos días, en los que la violencia se hace presente de manera indirecta, cercando con inseguridad a miles de mujeres. Campañas de concientización atrapan la atención de muchos pero, ¿realmente tienen el efecto deseado?

A semanas de finalizar el año, noviembre se despedirá como un mes en el que la violencia prevaleció, dejando más temores y frustraciones a su paso. En Coronel Oviedo, un hombre golpeó a su presunta pareja hasta matarla, luego de haberla torturado y haber abusado de ella; en Asunción, un joven de 26 años golpeó y degolló a su cónyuge, después de una fuerte discusión.

El caso más reciente es el de la directora de una institución educativa, asesinada a balazos por su esposo en el local escolar donde trabajaba, pues al hombre le enfureció haber recibido una notificación de exclusión del hogar. ¿Quiénes son las víctimas? Aparte de familias destruidas, sufre toda una sociedad sumida en desesperanza, a causa de una errada idea de lo que es amar, y envenenada por abusos que son impulsados por una falsa sensación de superioridad y poder.

Hoy se recuerda el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer, pero el silencio y la indiferencia tratan de generar una amnesia colectiva, tirando al vacío una enorme necesidad de ayuda. Sin embargo, tantas voces acalladas repentinamente forman un gran eco que reclama más justicia y seguridad para miles de mujeres que viven con el miedo de ser la próxima víctima.

Por Macarena Duarte (17 años)