Ever y María Liz son pareja y cuentan que abrieron “Fruttale Fruit Bar” debido a la falta de locales que venden alimentos saludables. “La comida chatarra se encuentra en cada esquina. Este proyecto nació a raíz de la necesidad y de la frustración, porque no había opciones de lugares para ir a consumir algo sano y fresco”, agregan. La frutería se encuentra en el centro de la ciudad de Caacupé y abre desde las 8 hasta la medianoche.
Desde hace seis meses, los jóvenes poseen su local y declaran que, al principio, temían que este proyecto no gozara de tanto éxito. “Teníamos cierto escepticismo, porque el público paraguayo no tiene el hábito de consumir frutas, pero cerramos los ojos y saltamos al precipicio; por suerte, la sorpresa fue muy grata pues la respuesta de la gente superó todas nuestras expectativas”, añaden.
“Nosotros no inventamos nada, simplemente usamos un producto que está en el mercado y lo mejoramos. Ofrecemos a la gente un alimento fresco, sin conservantes ni azúcar, solo utilizamos ka'a he'ê”, manifiesta Ever, quien comenta que quisieron llevar la preparación de los jugos a otro nivel. “La gente está mal acostumbrada a beber el zumo de naranja que contiene tres frutas, dos litros de agua y mucha azúcar”, expresa.
“Una revolución natural” es el lema de este local; los emprendedores cuentan que escogieron este eslogan porque querían optar por el consumo de algo saludable y delicioso. En “Fruttale”, ofrecen ensaladas de frutas y jugos que son preparados al instante; además, podés pedir tu bebida o postre personalizado, hechos con tus frutas preferidas. Mientras degustás tu smoothie, verás en tu vaso el mensaje motivador del día.
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Los jóvenes manifiestan que este proyecto iba a ser solo un hobby, pero luego se dieron cuenta de que abrir un local implica muchas horas de trabajo. “La idea era tener esto al margen de nuestras actividades, pero notamos que debíamos dedicarnos de lleno. Los fines de semana son una locura, en especial los domingos, porque nos visitan clientes de distintos puntos del país”, agregan.
“Decidimos contratar a jóvenes de 18 a 25 años, pues en nuestro país es difícil conseguir empleo sin experiencia laboral, entonces quisimos apostar por ellos”, destaca la pareja. Por otra parte, María Liz comenta que, aproximadamente, venden 500 vasos de jugos diariamente. “Tenemos clientes todo el tiempo, este emprendimiento no fue temporal”, manifiesta. En el local venden zumos que cuestan G. 15.000 y ensalada de frutas desde G. 10.000.
Los emprendedores cuentan que tienen como objetivo abrir una sucursal en San Bernardino, en noviembre de este año; asimismo, desean agregar comidas saladas al menú. Por otra parte, Ever y María Liz instan a los jóvenes a que creen cosas. “El paraguayo es muy conservador, pero hay que animarse a salir del molde. Debemos dejar de imitar a los extranjeros y proponer ideas nuevas y geniales”, finalizan.
Por Dahiana Galeano (20 años)