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En reuniones, conferencias y largas explicaciones de tu profesor de ciencias o matemáticas, habrás notado que algunas personas dibujan todo tipo de formas, figuras, bordes, etc., y esta gente no luce muy concentrada en lo que el disertante quiere transmitir. En realidad, este grupo de personas que hacen garabatos prestan más atención de lo que parece.
En 2009, Jackie Andrade, de la Universidad de Plymouth, EE.UU., quiso averiguar si la gente, por garabatear mientras que está en otra actividad, presta menos atención. Una cierta cantidad de sujetos de prueba tuvo que escuchar una llamada de un poco más de dos minutos y la mitad de estas personas podía plasmar en un papel lo que quería y la otra parte no.
Resulta que los sujetos del experimento a los que se les permitió dibujar mientras escuchaban, curiosamente, recordaron muchos más detalles de la llamada que los otros. El estudio demostró que los garabatos facilitaron, de alguna manera, hasta un 30% más de retención de la información.
Según Sunnie Brown, autora del libro “La Revolución de Doodle: Desbloquee una nueva forma de pensar”, estos garabatos nos ayudan a no distraernos con otros pensamientos y son grandes herramientas para analizar. En síntesis, su tesis consiste en que cuando estos dibujos se realizan con otras tareas como escuchar, aumenta la eficiencia en la labor porque se activan distintos canales del cerebro simultáneamente.
La mente es un mundo imposible de explorar por completo y el subconsciente se ve reflejado no solo en sueños, también en otras actividades cuando la conciencia se debilita en el control del comportamiento. Así pues, según Tatiana Yufit, miembro de la Academia Británica de Grafólogos, los dibujos que realizamos sin pensar mucho nos revela información psicológica al analizarlos.
La grafóloga sostiene que lo importante es el estilo del dibujo, pues para ella las formas ligeras, suaves, divertidas y adornadas sugieren un carácter tranquilo, bueno y complaciente. Las marcas fuertes, duras y con mucha presión comprenden la fuerza de voluntad y perseverancia o, en los peores casos, agresividad de quien dibuja.
Sunnie decía también que, lastimosamente, los garabatos son tomados como una falta de seriedad. Sin embargo, estos dibujos inconscientes son la puerta para usar mejor la capacidad del cerebro y descubrir aspectos psicológicos de nosotros mismos.
Y vos, ¿qué esperas para ponerte a dibujar o para analizar tus garabatos?
Por Eliseo Báez (16 años)