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El lanzamiento de martillo es una prueba de atletismo en la cual se lanza una bola de metal que está unida a una empuñadura mediante un cable de acero. En esta disciplina el ganador es quien envía el objeto redondo a mayor distancia.
Alejandro se introdujo obligado a este deporte cuando tenía 13 años, ya que sufría de complicaciones de salud; sin embargo, con el paso del tiempo le fue tomando cariño. “Empecé a practicar lanzamiento de martillo por castigo, ya que tenía sobrepeso y necesitaba un deporte que me ayudara a bajar unos kilos. Por suerte, encontré una disciplina que me acogió y, por sobre todo, que me gusta”, relata.
Según el joven, practicar un deporte tiene sus dificultades, mucho más si uno es atleta y estudiante al mismo tiempo. “En mi caso, me cuesta bastante ya que a la mañana me dedico a todas las actividades del colegio, luego voy a casa un rato y después ya salgo para ir a mi entrenamiento, que va desde las 15:00 hasta las 20:00”, manifiesta.
Así también, cree que nuestro país tiene mucho futuro en esta disciplina, ya que existe mucho interés por este deporte. “Los récords nacionales que había se están batiendo; eso demuestra que hay personas que van mejorando. Por otra parte, nuestros entrenadores están acudiendo a cursos por todo el mundo, trayendo técnicas que nos benefician a los atletas”, expresa.
El deportista es dueño del récord nacional en dos categorías: cadetes, con la marca de 75,19 m de longitud y 4 kg de peso de la bola; en menores con 75,18 m y 5 kg. Su meta a largo plazo es clasificar a un Juego Olímpico y llegar a instancias finales. “Existen muchas cosas complicadas que aspiro conseguir, pero creo que con esfuerzo y ayuda de Dios puedo llegar a estar en el podio de los triunfadores algún día”, comenta.
El lanzamiento de martillo le cambió la vida a Alejandro; por eso insta a los jóvenes a que modifiquen sus malos hábitos por algún deporte. “Ser sedentario, así como yo lo fui, solo nos trae complicaciones de salud a largo plazo. Mi papá tiene hipertensión y mi abuela diabetes, yo era propenso a todo eso; sin embargo, gracias a esta prueba atlética, hoy puedo estar contando los logros personales que tengo”, finaliza.
Por Joaquín Tandé (18 años)