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Se acercan las épocas festivas de Navidad y Año Nuevo y muchos jóvenes de la actualidad recuerdan lo que significaba la llegada de estos días. El ambiente, la preparación y hasta el olor eran distintos. Pero, los chicos de la actualidad, ¿cómo recibirán estas jornadas especiales? Probablemente, jugando “PUGB” o “Freefire” y dejando totalmente de lado el espíritu navideño que solo los peques de generaciones anteriores nos podían regalar.
El “fosforito”, los “ajitos”, los “buscapiés”, las “maripositas”, entre otros, no paraban de sonar durante cada jornada de diciembre. Ni hablar de la víspera del día 25. Apenas eran las seis de la tarde y los peques ya estaban recién duchados y bien peinados esperando a sus amigos y amigas en la plaza del barrio o frente a sus casas.
Un chico de la generación actual, quizá, ni el saludo le dará presencialmente a su mejor amigo en la Nochebuena, ya que, virtualmente, se encuentran conectados en algún videojuego online o en redes sociales. Mirá las plazas de tu barrio y, con suerte, encontrarás a dos o tres chicos jugando, pero no con los “fosforitos” o las “estrellitas”, sino con los celulares de alta gama en la mano.
Un peque de la actualidad, evidentemente, jamás sabrá lo que se sentía salir a la cuadra del barrio a las seis de la tarde, duchado y bien peinado, y volver a casa a las doce menos cuarto totalmente sudado y sucio, de tanto jugar con sus amigos y amigas. Claro, la mayoría de los chicos de nuestros días tienen como prioridad la “facha”, para así poder alzar “selfies” en redes sociales.
En épocas anteriores, luego de festejar la llegada de Navidad o Año Nuevo y cenar con la familia, uno se veía casi obligado a volver a la plaza para jugar con los amigos y amigas del barrio. El más “rico”, en aquel entonces, no era el chico que tenía el mejor smartphone, sino el que contaba con más juegos pirotécnicos para compartir e intercambiar con los socios. Tal vez, lo único negativo fue que nadie nos advertía sobre la peligrosidad de estos fuegos artificiales.
Esperemos que un peque de esta generación, tanto en Navidad como en Año Nuevo, se tome la “molestia” de compartir con sus familiares y amigos de forma presencial, y no solo virtualmente mandando un mensaje por las redes sociales o mediante los videojuegos en línea.
Por Ricardo Núñez (19 años)