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“Comadre, ¿no te enteraste piko lo que hizo Petrona?” y “¿viste pio con quién sale Susanita” son las frases típicas con las cuales se inician los chismes en nuestros barrios, a cargo de algunas vecinas que demuestran una inagotable habilidad para transmitir informaciones acerca de la vida privada de los demás. ¿Sabías que un clásico de la literatura paraguaya retrata esta situación tan frecuente?
“La Babosa” es un libro publicado en 1952 por uno de los escritores más destacados de nuesto país, Gabriel Casaccia, un genio de las letras quien, con picardía y gran destreza, escribió selectas obras que son leídas con gusto por miles de personas hasta nuestros días pero ¿qué tiene este libro de interesante para explicar el porqué de su éxito?
El escenario, la pacífica ciudad de Areguá; los personajes, gente sencilla de barrio, que tiene por cruz soportar a la vieja chismosa de la comunidad, doña Ángela; su fama no tenía nada de admirable. De aspecto sombrío y aunque frecuentemente asistía a la iglesia, no era santa de devoción de nadie. Hasta el cura párroco la detestaba hasta el punto de ponerle el marcante con que era conocida por todos: “La babosa”, ya que, según la opinión pública, “babeaba por todo el pueblo su maldad”.
La genial obra de Casaccia realiza un recorrido por diversas características negativas que conforman la identidad del paraguayo: el conformismo expresado por el popular “péichante”, la envidia y los chismes.
Con el avance de la tecnología, los chismes se propagan velozmente a través de las redes sociales. Ya no es necesario ir a la pelu para enterarse de las novedades que ocurren en tu comunidad. Un mensajito por WhatsApp, un like o publicación compartida en Facebook son los detonantes de los chismes en la actualidad.
No hace falta ser un genio para saber lo malo que pueden ser los chismes, no está mal hablar sobre una persona, sino la intención con que se hace. Con un toque de malicia, sos capaz de destruir la reputación de alguien en un abrir y cerrar de ojos.
Ya lo decía el papa Francisco al referirse sobre el daño de las murmuraciones: “¡Cuántos chismes!, las divisiones comienzan con la lengua de los que siembran cizaña y esto se da por envidia y celos. La lengua es capaz de destruir una familia, una comunidad, una sociedad, de sembrar odio y guerras”. Así que, paremos de tirar mala onda hacia los demás como “La Babosa” y pongamos en práctica el conocido refrán “a palabras necias, oídos sordos”.
Por Víctor Martínez (18 años)