/arc-anglerfish-arc2-prod-abccolor.s3.amazonaws.com/public/CK5GD2VLV5DNHP6U7GW4UOJKDE.jpg)
Cargando...
Varios movimientos como Techo Paraguay, Teletón, Fundar, Dequeni y Amnistía tienen como principios básicos ayudar a las personas que más necesitan, cada uno en el área que le corresponde. Invertir en el servicio desinteresado a los demás reporta grandes réditos para la sociedad.
En Techo Paraguay se ocupan de la construcción de casas y de la habilitación social de las personas necesitadas. Está formada, básicamente, por estudiantes universitarios que quieren poner en práctica su afán de servir a los marginados. Es una forma de paliar las necesidades de la pobreza extrema en la que se encuentran muchas familias de nuestro país.
Viviendo en un mundo tan competitivo, en donde el hombre vale por su capacidad de producción, las personas “especiales” no tienen mucho valor para los poderosos. Por este motivo, la recuperación e inserción laboral de los discapacitados son preocupaciones de los movimientos como Teletón y Fundar.
La Fundación Dequeni brinda protección y cuidado a los niños, sobre todo a aquellos que crecen en comunidades y familias afectadas por la pobreza. Desde sus inicios, viene colaborando en iniciativas de recaudación de fondos y eventos de movilización, como la Cena del Pan y el Vino o la Caminata de la Solidaridad.
Marchas, actos de presencia, charlas de concienciación y recolección de firmas son algunas de las actividades que realiza la ONG Amnistía Internacional Paraguay, trabajando en la defensa de los derechos humanos. Se esfuerza principalmente en la lucha por la no violencia contra las mujeres y en ayudar a los pueblos indígenas.
“El servicio ennoblece a quien lo práctica" es una frase muy utilizada para describir el voluntariado. En algún momento pasás por dificultades económicas o emocionales y eso te ayuda a reflexionar sobre la vida y no querés que otra persona pase lo mismo. Animate a formar parte de estas organizaciones voluntarias porque con tu granito de arena podés hacer la diferencia.
Por Romina Ferreira (18 años)