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Muchas personas, cuando piensan en viajes, preparan sus maletas con el único propósito de ir a centros comerciales y subir fotos en Instagram o Facebook. Sin embargo, existen otras que han encontrado una forma de enamorarse del mundo sin muchos aspavientos y lo hacen con una mochila en la espalda.
Un mochilero sabe que viajar no se trata de vacaciones planeadas con semanas de antelación y un presupuesto asignado. No se necesita una fortuna para emprender el camino, ya que las mejores experiencias son aquellas que no se planean.
Los mochileros no se hospedan en hoteles cinco estrellas ni contactan con agencias de viajes. Desarrollan una increíble capacidad de adaptación a condiciones inhóspitas y poco habituales, como dormir en el sofá o en el piso de la casa de algún desconocido, aunque de igual forma disfrutan acampando en el bosque o en la playa, en fin, al aire libre. Para trasladarse de un lugar a otro, utilizan una técnica que les resulta muy barata: la moda de viajar a dedo.
El mochilero se empapa conociendo la cultura de los lugares que visita por medio de la conversación con la gente local y, de esa manera, aprende un poco de historia y lenguas. Asimismo, sabe que al viajar se desaprenden costumbres y hábitos heredados, y liberar su mente es parte del proceso de descubrir los olores, los sabores, los colores, la música y muchas cosas de otras culturas.
Existen diferentes tipos de mochileros: está el globetrotter tecnológico que nunca se mueve sin actualizar las historias de sus redes sociales; el neo hippy que cree en la fuerza de la paz y del amor; el montañero que no baja de los 1.000 metros; el solitario o aquel que se mueve en “manada” rodeado de su especie. Todos ellos comparten la aventura de conocer el mundo con una mochila y poco dinero.
Las personas que practican este tipo de viajes adoran perderse entre calles y rincones llenos de misterio e historia. Generalmente, se enamoran muchas veces en lugares distintos y besan en diferentes idiomas. ¿Te has puesto a imaginar que el amor de tu vida, tal vez, esté en la otra parte del mundo?
Todo auténtico mochilero sabe que ni siquiera necesita una bolsa para viajar. A muchos les bastan unos pantalones con bolsillos grandes en los que quepan un par de calzones limpios y un cepillo de dientes. Si tu espíritu aventurero cumple con estas cualidades, tal vez vaya siendo tiempo de ponerlas a prueba y conocer más a fondo nuestra querida tierra guaraní y otras naciones del mundo.
Por Romina Ferreira (18 años)