El proceso ante un Tribunal de Sentencia integrado por los jueces Gustavo Arzamendia (presidente), Eva Silva y Diana Arana comenzó el viernes pasado, con los alegatos iniciales y la declaración inicial de una de las testigos. Unos 120 testigos deberán pasar por juicio para aportar información sobre los hechos.
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Los procesados por el crimen son Carlos Gabriel Yeza y C.D.C.G. (tenía 16 años cuando acontecieron los hechos). La acusación está a cargo de los fiscales Carlos Gómez y Rocío Valdez. La defensa de los acusados está a cargo de la defensora pública Marina Jara.
El principal sospechoso del crimen es el brasileño Valdemir Borcato (35), propietario del lavadero donde ocurrió el crimen, quien murió en la cárcel de una sobredosis de droga semanas después de haber sido detenido y procesado.
Borcato se había fugado, aparentemente intentaba escapar al Brasil, pero fue detenido y procesado antes de abandonar la ciudad. El mismo día de su detención intentó suicidarse mientras estaba en una celda de la Comisaría primera (intentó ahorcarse con su anatómico).
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Semanas después, ya en la Penitenciaría Regional de Itapúa (Cereso), fue encontrado muerto en su celda. Se reportó como suicidio por sobredosis de cocaína.
Antecedentes
El sonado caso de David Alejandro (28), un estudiante de derecho en la Universidad Nacional de Itapúa (UNI), conmocionó a la población de la ciudad de Encarnación y, particularmente a la comunidad estudiantil en su universidad, donde gozaba de popularidad entre sus compañeros.
Impactaron las circunstancias en que se produjo su muerte y la forma en que fue hallado, enterrado bajo un piso de cemento en un lavadero de autos, en pleno microcentro de la ciudad.

El joven desapareció y fue asesinado el día miércoles 24 de abril de 2019, pero la denuncia de su desaparición recién se realizó el día sábado 27 de abril, en la Comisaría segunda y en la Unidad 6 de la Fiscalía Penal Unidad 6, en el turno de la fiscala Lorena Castelví.
El cuerpo del joven Verón fue encontrado el lunes 29 de abril, enterrado en un lavadero de autos. Tenía varios impactos de bala. Fue asesinado a tiros y luego enterrado en una fosa cavada presumiblemente ya después de haberse consumado el asesinato.
“Se hizo la denuncia de su desaparición recién el sábado, porque en un principio creímos que mi hermano había viajado ese miércoles de noche con el grupo de compañeros de la Facultad, que se trasladaron a Asunción para participar de una manifestación por el desbloqueo de las listas sábana, convocada por el entonces senador Paraguayo Cubas para el día jueves 25 de abril”, refirió la hermana, Sanie Verón.
La investigación inicial estuvo a cargo de la fiscala Lorena Castelví, quien fue recusada por uno de los querellados y la causa está ahora a cargo del fiscal Carlos Gómez y la fiscala Rocío Valdez como coadyuvante.
Ocho personas fueron procesadas en esta causa, entre ellas unos operarios que habían sido contratados por Borcato para construir el piso de cemento sobre la fosa en la que habían enterrado el cuerpo.
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Cámaras de seguridad de los alrededores del lavadero evidenciaron que el joven llegó al lugar a bordo de su motocicleta el día que sería asesinado y ya no salió. Posteriormente se pudo visualizar que uno de los que habrían participado del crimen abandonaba el local a bordo de la misma motocicleta para dejarla abandonada en las afueras de la ciudad.
De los ocho procesados iniciales quedaron para enfrentar el juicio oral Carlos Gabriel Yeza (20) quien habría sido el encargado de hacer desaparecer la motocicleta y Cristian Daniel Caballero Gómez (actualmente de 19 años), juzgado conforme a la edad que tenía en aquel momento (16 años). Este habría sido un empleado y ayudante al servicio de Borcato.
