Los agentes de la Unidad Especializada en Lucha contra el Narcotráfico, la fiscala delegada Fabiola Molas y el fiscal Isaac Ferreira, acusaron y pidieron juicio oral para seis supuestos miembros de una red dedicada al microtráfico en Asunción y los departamentos de Central y Misiones. Fueron detenidos el 11 de noviembre de 2022 en el marco del operativo Domingo-Siete.
Se trata de José Domingo Riveros Caballero, alias “Domi” o “Mingo”, Emilio Francisco Riveros Caballero alias “Pache”, Lucio Antonio Amarilla Otazú, Nelson Benítez Vargas, Gilberto José Meza Martínez alias “Inca” y Sadi Gabriel Camaraza Portillo, alias “Sasa”.

Los fiscales acusaron a los seis por los hechos punibles de posesión de sustancias estupefacientes, además de comercialización de drogas peligrosas y también por asociación criminal, según la Ley N° 1340/88 y sus modificatorias.
Por otra parte, los otros tres supuestos miembros de la organización identificados como los hermanos Mathias Emiliano Silva Ortiz y Gilberto Daniel Silva Ortiz, así como Diego Leguiza Vallejos, se encuentran imputados y fueron declarados en rebeldía.
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Dsitribuían droga desde Asunción a Misiones
De acuerdo con datos proporcionados tanto desde la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) y del Ministerio Público, distribuidores de cocaína de la capital del país se acercaron al mercado de venta de cocaína para el microtráfico en Misiones a través de una alianza.
El convenio entre la organización asuncena, representada por Sadi Camaraza, fue hecha con José Domingo Riveros, oriundo de San Juan Bautista, Misiones.

Bajo el mando de Riveros, la distribución de la droga funcionaba a través de una red de al menos otros cinco colaboradores, en dicha localidad a quienes exigían metas de venta, que rondaban los 300 gramos por mes, por distribuidor. Esto permitía ingresar al mercado de consumo más de 4.000 dosis al mes.
Por su parte Camaraza, quien ya contaba con antecedentes por tráfico de drogas, hacía uso del servicio de encomiendas a través de la empresas de transporte, mecanismo utilizado para enviar los paquetes de cocaína desde la Asunción a Misiones, donde eran recibidos por los encargados de la redistribución.
Esta modalidad habría generado una ganancia de al menos G. 400 millones por mes para la organización de microtraficantes.
