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El grupo operativo de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) acompañados por miembros del Ministerio Público realizaron una inspección entre varios establecimientos rurales donde, de acuerdo a sospechas, podrían ser utilizadas para el plantío de sustancias estupefacientes. Tras horas de búsqueda, ubicaron una plantación de cerca de 10 hectáreas de marihuana.
Parte de las plantaciones ya estaban para ser cosechadas, mientras otra parte estaba aún en etapa de crecimiento. También se detectaron tres campamentos precarios usados por los cultivadores y donde había varios elementos de labranza y hasta dos generadores de energía eléctrica que funcionan a nafta.
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Por instrucciones del agente fiscal se procedió al corte e incineración de las plantaciones y los campamentos, además de la incautación de las herramientas usadas por los narcos.
Conforme a estimaciones de la institución antidroga, lo destruido representa una pérdida de aproximadamente 900 mil dólares que podría haber rendido la droga una vez puesta en los centros de consumo.